La utilización de cobertores plásticos es una práctica que ha ido ganando terreno en la fruticultura chilena. Un ejemplo es el caso de la producción de cerezas, donde la utilización de estos cobertores se ha transformado en una necesidad para resguardar la producción y rentabilidad de los huertos.
En la actualidad, existe una amplia gama de cobertores plásticos, siendo los polietilenos de alta densidad (rafia) los más utilizados en cerezos. Sin embargo, experiencias en kiwi amarillo y uva de mesa plantean la interrogante de la utilización de cobertores de polietileno de baja densidad.
Esta interrogante fue estudiada por la empresa C. Abud & Cía., a través de su departamento de I+D que hoy en día se llama Centro de Innovación Montefrutal (CIM), quienes ejecutaron el proyecto FIA “Cerezos bajo cobertores plásticos de baja densidad” (Código PYT2017-0226).
EL ESTUDIO
El estudio fue realizado durante tres temporadas consecutivas (2017-18, 2018-19 y 2019-20) en tres parcelas experimentales ubicadas en las regiones del Maule y el Libertador Bernardo O´Higgins. En cada parcela experimental se establecieron cuatro tratamientos en un diseño experimental completamente al azar, donde cada unidad experimental estuvo compuesta por entre 40 o 48 árboles. En el Cuadro 1 se detallan los tratamientos utilizados.
Como se señaló, este estudio fue realizado en tres parcelas experimentales ubicadas entre las regiones del Maule y el Libertador Bernardo O´Higgins.
• Sagrada familia: Huerto adulto de 10 años, con árboles de la variedad Santina sobre portainjerto Colt, en un marco de plantación de 4.0 x 2.0 m. En esta parcela experimental de 1 ha, se utilizaron 6 repeticiones por tratamiento, donde cada unidad experimental estuvo compuesta por 5 hileras continuas de 8 árboles (40).
• Teno: Huerto adulto de 12 años, con árboles de la variedad Lapins sobre portainjerto Guindo ácido, en un marco de plantación de 4.5 x 3.0 m. En esta parcela experimental de 1 ha, se utilizaron 5 repeticiones por tratamiento, donde cada unidad experimental estuvo compuesta por 6 hileras continuas de 8 árboles (48).
• Graneros: Huerto joven de 6 años, con árboles de la variedad Bing sobre portainjerto Guindo ácido, en un marco de plantación de 4.0 x 2.0 m. En esta parcela experimental de 1 ha se utilizaron 6 repeticiones por tratamiento, donde cada unidad experimental estuvo compuesta por 5 hileras continuas de 8 árboles (40).
SUS EFECTOS
A continuación, se presentan los principales resultados obtenidos sobre la productividad y calidad de la fruta.
El primer aspecto para considerar en la producción de los huertos de cerezos es la cantidad de centros frutales por árbol. En los árboles de cerezos se consideran como centros frutales las ramillas de un año y los dardos con al menos cuatro yemas.
Durante las tres temporadas de estudio, no se observaron diferencias significativas en el número de centros frutales por árbol, en las tres variedades estudiadas. Estos resultados son presentados en el Cuadro 2, donde no se observan diferencias significativas entre los tratamientos antes de la poda de ajuste de carga (invierno) en las tres variedades.
Estos resultados muestran que la utilización de cobertores plásticos no influye sobre el número de centros frutales en árboles de cerezos. Sin embargo, es importante indicar que se realizó una poda de verano que puede haber influido en estos resultados.
Otro de los aspectos para considerar en la producción de un huerto de cerezos es la cantidad de primordios florales por centro frutal, lo cual en otras palabras corresponde a la cantidad de flores potenciales que tendrá cada uno de ellos. En este estudio también se observó que los tratamientos no influyen significativamente en este parámetro.
Con respecto a la cuaja, se observó que el porcentaje de cuaja inicial (dos semanas después de full floración) en general es cercano al 30% en todas las variedades, pero presenta variaciones entre temporadas. Con respecto a la retención de frutos, se observó que varía dependiendo de la cantidad de fruta. Es así como árboles con una alta cantidad de fruta presenta una menor retención de ella desde la cuaja inicial a cosecha. Sin embargo, no se observó un efecto significativo de los tratamientos sobre la cuaja.
Finalmente, el rendimiento de los árboles de cerezos, en las tres variedades estudiadas, no fue afectado estadísticamente por el uso de cobertores en la mayoría de las temporadas. Estos resultados quedan de manifiesto en la Figura 1, donde se presenta el rendimiento pro medio de los árboles de cerezos alcanzado en las tres temporadas de estudio. Ahí se observa que la variedad Lapins fue la más productiva, con un rendimiento promedio de 19 kg/pl, a diferencia de las variedades Santina y Bing, que alcanzaron un rendimiento promedio cercano a los 9 kg/pl, y donde no se observa alguna influencia clara de los tratamientos.
La evaluación de rendimiento de los árboles (kg/pl) es una medida muy utilizada para evaluar la productividad que puede alcanzar un huerto. Sin embargo, estos resultados pueden estar influenciados por la cantidad de centros frutales que tenga cada árbol y, por ende, enmascarar otro resultado. Con la finalidad de profundizar en los resultados de productividad, también se analizaron los gramos de fruta por centro frutal, dividiendo el rendimiento del árbol (kg/pl) por la cantidad de centros frutales que posee (Figura 2).
Estos resultados muestran que nuevamente la variedad Lapins fue la que alcanza el mayor promedio con valores cercanos a los 50 gr/CF y por el contrario, las variedades Santina y Bing alcanzan un promedio cercano a los 25 gr/CF. Sin embargo, lo más relevante en este punto es que existe una tendencia clara en las tres variedades a alcanzar un mayor peso de fruta por centro frutal en los tratamientos con cobertores plásticos (T2, T3 y T4).
SOBRE LA CALIDAD
Existen controversias con respecto al efecto que causan los cobertores plásticos sobre la calidad de la fruta. En nuestro caso, los resultados más relevantes indican que el uso de cobertores plásticos, independiente de su material, causa un aumento estadísticamente significativo del peso de los frutos.
En la mayoría de los casos la fruta producida en árboles bajo rafia (T2) aumenta significativamente su peso en comparación a la fruta proveniente de árboles sin cobertor (T1). Por otra parte, la fruta producida en árboles bajo cobertores plásticos de baja densidad (T3 y T4) aumenta significativamente su peso en comparación a la fruta de árboles sin cobertores (T1) y además en la mayoría de los casos este aumento también es significativo en comparación con la fruta producida en árboles bajo rafia (T2).
El incremento significativo del peso de los frutos con el uso de cobertores influye positivamente en la curva de calibre, y es así como en la mayoría de los casos, la curva de calibre de la fruta proveniente de árboles bajo cobertor se desplaza al menos un calibre. Este desplazamiento se ejemplifica en la curva de calibre de la temporada 2018-19 resultado obtenido de la parcela experimental de la variedad Lapins (Figura 3).
Por otra parte, los sólidos solubles (°Brix) y la materia seca (%) de los frutos al momento de la cosecha no se vieron afectados por el uso de cobertores plásticos.
Con respecto a la firmeza de los frutos, los resultados muestran que la fruta proveniente de árboles bajo cobertor, presentan una menor firmeza que la fruta proveniente de árboles sin cobertor (Cuadro 4). La fruta proveniente de árboles bajo rafia (T2) presenta una disminución estadísticamente significativa de su firmeza, en comparación a la fruta proveniente de árboles sin cobertor (T1). Por otra parte, la firmeza de la fruta producida bajo rafia (T2) en la mayoría de los casos es mayor a la observada en árboles bajo cobertor plástico de baja densidad (T3 y T4). Estos resultados indican que la fruta proveniente de árboles bajo cobertor plástico de baja densidad, sufre una mayor disminución de su firmeza que la fruta proveniente de árboles bajo rafia. Sin embargo, es importante indicar que toda la fruta cosechada en las parcelas experimentales durante este estudio no presentó causas de rechazo por temas de firmeza
La disminución de la firmeza fue estudiada en detalle durante las dos primeras temporadas, estableciéndose tres niveles de altura de los árboles (Nivel 1: Inferior, Nivel 2: Medio y Nivel 3: Superior). Se tomaron muestras de fruta en cada nivel durante la cosecha en la parcela experimental de la variedad Santina. Los resultados muestran que la fruta de los árboles bajo cobertor disminuye su firmeza en todos los niveles, pero que esta disminución es más drástica en la fruta ubicada en la parte superior del árbol (Nivel 3). Es así como se observa incluso que la firmeza de la fruta del tercio superior es estadísticamente menor que la del nivel inferior (Cuadro 5).
La mayor disminución de la firmeza de los frutos ubicados en el nivel superior del árbol, puede ser atribuidas a dos hipótesis. I) Los cambios en el microclima influyen positivamente en el crecimiento vegetativo, lo que quiere decir que un mayor crecimiento vegetativo en la parte superior del árbol competirá con la disponibilidad de calcio, causando una menor concentración de calcio ligado en la fruta. II) Los principales cambios en el microclima causan una disminución del viento y por este motivo la remoción de la capa límite provocaría una menor transpiración y, por consiguiente, un menor movimiento de calcio al interior de la planta, debido a que el calcio se mueve por flujo de masa.
Ambas hipótesis son respaldadas por la disminución del calcio ligado en la fruta del nivel superior, la cual incluso es significativa en la fruta proveniente de árboles bajo cobertor plástico de baja densidad.
Fuente: MundoAgro