Carlos Ovalle Molina, investigador del INIA La Cruz afirma que; “con este tipo de ensayos se esperar realizar un aporte científico a los programas de mejoramiento de alfalfa para zonas con marcado déficit hídrico; y, generar un impacto productivo en la cadena forrajera en zonas del secano Mediterráneo de nuestro país.
INIA investiga este importante recurso forrajero como parte de un sistema pastoril, que junto a un sinnúmero de otras especies vienen a cumplir el propósito de mejorar la pradera y otorgar una alternativa al productor dedicado a la crianza de ganado.
Una visita de primavera realizó el director de proyecto, Dr. Carlos Ovalle Molina a la unidad demostrativa establecida con una selección de 25 ecotipos de alfalfas en Cauquenes.
La Ingeniero Agrónomo Viviana Barahona del Centro Experimental INIA Cauquenes, a cargo de las labores de extensión del proyecto, lo acompañó en este recorrido. La alfalfa es un cultivo importante para el secano mediterráneo y es muy importante realizar investigación que valide aquellos ecotipos que van a tener mejor potencial productivo bajo nuestras condiciones limitantes a estrés hídrico”.
Este ensayo de ecotipos de alfalfa entregarán una completa caracterización morfológica y agronómica de las alfalfa. Aquí se evalúa tolerancia a la sequía en diferentes ambientes, excesos de salinidad, tolerancia al pastoreo, además de estudios de rendimiento, desarrollo vegetativo, floración, altura de planta, crecimiento invernal, materia seca, sobrevivencia de plantas. Se evalúa ecotipos de alfalfas de corta dormancia, resistentes al pastoreo, resistentes al frío y a la salinidad del suelo.
El establecimiento de este ensayo es parte fundamental de las acciones de extensión y transferencia del proyecto “Uso de cultivos naturales o ancestrales para el desarrollo de cultivares de alfalfas tolerantes al estrés hídrico y su extensión a agricultores de subsistencia en Kazakhstan, China y Chile financiado por Global Crop Diversity Trust a través del Ministerio de Agricultura de Australia.
Para Carlos Ovalle, el viaje tenía por objetivo chequear, verificar y observar el desarrollo de lo que fue el establecimiento de este gran ensayo, detecta la presencia de plagas enfermedades y monitorear el control de malezas. “En esta observación realizada en los ensayos de ecotipos seleccionados se pudo constatar que las alfalfas se han establecido bien, han tenido un buen desarrollo y crecimiento porque las condiciones climáticas lo permitieron y hasta ahora han tenido un buen comportamiento. Noviembre será un mes clave para su completa estabilidad como cultivo”.
La primera etapa de los estudios en alfalfa consistieron en un trabajo de mejoramiento genético donde se hizo selección de los mejores gemoplasmas donde de las 70 variedades se seleccionaron 25. “Para hacer esta selección, las decisiones de los genetistas y ecofisiólogos del INIA priorizaron criterios de volumen de producción de forraje, rendimientos en un contexto chileno”.
Además de esta unidad demostrativa, algunas de estas alfalfas fueron establecidas en predios de los productores en la zona del secano interior de la región del Maule y del secano de precordillera de la región de Ñuble para su validación.
Por eso, se realizó visitas a terreno donde se entregó semilla a productores que establecieron variedades australianas en sus campos. Para el éxito de estas acciones, señaló Viviana Barahona, “es muy importante el compromiso de los agricultores y que sigan los pasos e indicaciones que entregan los equipos técnicos del INIA”.
Consideramos necesario evaluar y validar en terreno estas variedades en predios de pequeños agricultores ya que en su mayoría viven en entornos marginales de producción de alimentos.
Los especialistas pudieron constatar una muy buena adaptación de las alfalfas porque tal y como explica Viviana Varahona, “si se manejan bien las condiciones del establecimiento con una buena preparación de suelos, se asegura una pradera que va a aportar una gran cantidad de forraje de calidad en períodos de escasez”.
Las localidades visitadas fueron Cauquenes, Pelluhue, Chanco donde se hizo entrega de semillas de alfalfas (200 kilos) a pequeños productores para complementar el sistema pastoril. Además, se realizó seguimiento del paquete agronómico y acompañamiento al agricultor para que el establecimiento de la forrajera fuera exitoso.
La alfalfa constituye una alternativa forrajera que ha sido incorporada en su sistema productivo ya sea para pastoreo o como heno. Estas siembras han sido muy bien recibidas por los productores, comenta Viviana Barahona: “lo ven no sólo como una alternativa que no sólo le puede generar ingresos sino además es parte de su sistema productivo. Han sido productores bastante obedientes en el sentido que se han esmerado en aplicar todas las indicaciones y la tecnología disponible para el éxito del cultivo”.
Este es el tercer año que se entregan semillas de alfalfa a los agricultores para establecer siembras demostrativas. Esta vez se entregó para su establecimiento una variedad australiana sin dormancia, de crecimiento invernal llamada Sardi Ten. En la temporada pasada se entregó la variedad Sardi Grazer, tolerante al estrés hídrico y al pisoteo animal en condiciones de pastoreo.
La mayor característica de la variedad Sardi Ten es que tiene un crecimiento invernal, el que no se detiene durante la estación de bajas temperaturas, pues no tiene dormancia.
El Dr. Carlos Ovalle Molina, director de este proyecto precisó que, “tanto Sardi Grazer como Sardi Ten son variedades desarrolladas por SARDI (South Australian Research and Development Institute) en la localidad de Adelaide, Australia, en condiciones climáticas bastante parecidas a Cauquenes con la diferencia que en esos lares, existe una pluviometría mejor distribuida”.
Para el Dr. Carlos Ovalle, estas acciones forman parte de dos proyectos: “Uso de cultivos naturales o ancestrales para el desarrollo de cultivares de alfalfas tolerantes al estrés hídrico y su extensión a agricultores de subsistencia en Kazakhstan, China y Chile” financiado por Global Crop Diversity Trust a través del Ministerio de Agricultura de Australia y “Estudio del potencial de germoplasma nativo de Alfalfa, para mejorar la tolerancia a estrés hídrico” financiado por Fondecyt. Este último lo lidera en Chile el Dr. Carlos Ovalle Molina del INIA La Cruz y en Australia el Dr. Alan Humphries de SARDI (South Australian Research and Development Institute) .
Las iniciativas se sustentan en el marco de un sistema pastoril donde se propicia el uso sostenible de los recursos forrajeros, tanto praderas como arbustivos adaptados a las condiciones del secano y donde los productores puedan acceder a los instrumentos del Estado como el Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Degradados, SIRSD-S. Además, la alfalfa no sólo es recurso forrajero suplementario para épocas críticas, sino también un mejorador de suelo, ya que captura el nitrógeno del aire y lo incorpora al suelo.
Este trabajo de investigación es importante para nuestro país ya que busca ecotipos que mejor se adapten a las condiciones de secano, que soporten el pisoteo, que crezcan en invierno y que se adapten a la escasez hídrica”.
La labor de la extensionista Viviana Brahona ha sido fundamental ya que se viene realizando un trabajo de transferencia de conocimientos respecto al efecto mejorador que tiene la alfalfa del sistema pastoril, porque no sólo es un recurso alimenticio, sino que mejora la condición del suelo, mejora la infiltración y retención de humedad de éste. “Existe un sistema ganadero pastoril basado en el consumo de praderas donde nosotros como INIA proponemos que el ganado consuma praderas naturales ojalá mejoradas. Pero, además, le proponemos al productor que establezca recursos forrajeros adaptados a las condiciones de secano de tal manera que cuenten con un recurso suplementario para reforzar la alimentación del ganado en los momentos críticos”.
Fuente: INIA