El cultivo de hortalizas en la región Metropolitana es uno de los rubros relevantes del sector agrícola nacional, por eso, cuando esta actividad económica se vio afectada por la Bagrada hilaris, plaga conocida comúnmente como chinche pintada, las alertas se encendieron y los equipos técnicos de organismo vinculados al Ministerio de Agricultura comenzaron un arduo trabajo para buscar métodos que ayudarán a controlarla. Ese fue el caso de INIA La Platina que -desde el verano de 2016, cuando apareció repentinamente este insecto- reunió a sus especialistas para enfrentarla y hoy, pese a la emergencia sanitaria que vive el país, lo sigue haciendo.
Al respecto, el Director Regional de INIA La Platina, Emilio Ruz, explicó que la agricultura es una actividad esencial para la alimentación y bajo cualquier circunstancia debe seguir trabajando para asegurar los alimentos para la población. “INIA es parte indispensable de la cadena alimentaria y, por lo tanto, tampoco puede parar. Eso sí adaptándose a las condiciones críticas del momento y tomando todos los resguardos sanitarios recomendados por las autoridades de salud, para que el personal que deba salir a terreno lo siga haciendo en forma responsable y segura”, detalló.
En tanto, el extensionista de INIA La Platina y encargado del proyecto que busca recuperar la capacidad productiva de brassica dañadas por la chinche pintada en la región Metropolita, José Lagos, señaló que los profesionales de INIA tienen un compromiso con los pequeños agricultores/as, por eso los seguirán apoyando técnicamente en la producción de sus hortalizas. “El trabajo de ellos no sólo representa el alimento que llega a la mesa de cientos de hogares chilenos, sino también una fuente importante de ingresos para sus familias”, dijo.
La iniciativa respaldada por el Gobierno Regional Metropolitano es ejecutada por un equipo de 14 profesionales del INIA. Beneficia a 400 pequeños productores de las comunas de Lampa, Colina, Talagante, Curacaví, Paine, María Pinto, Maipú y La Pintana, donde se producen cultivos de alto consumo en los hogares chilenos, como: repollo, coliflor, brócoli, rúcula, entre otros. Pero, también, es importante destacar que este insecto tiene una amplia gama de hospederos, alcanzando alrededor de 74 plantas, entre ellos cultivos, malezas y plantas ornamentales.
Para estudiar y buscar métodos de control efectivos, el proyecto contempla la instalación de trampas de atracción de la plaga, utilizando feromonas en cultivos de brassicas, para monitorear la fluctuación y control de ésta. A la fecha, ya se ha instalado un porcentaje importante. “Nuestro objetivo principal es recuperar la superficie que los agricultores cultivan con brassicas en la región Metropolitana, mediante el fortalecimiento de sus capacidades técnicas para reducir poblaciones del insecto e identificar momentos más propicios para reducir la plaga. Por eso, con medidas preventivas indicadas por la autoridad sanitaria, seguimos en terreno desarrollando esta importante etapa de nuestro proyecto”, señaló Lagos.
Recomendaciones técnicas
Además, la especialista del Laboratorio de Entomología de INIA La Platina, Nancy Vitta, entregó algunas recomendaciones para controlar los insectos en los huertos.
- Monitoreo semanal, para buscar sitios de puesta de huevos en hojas o suelo.
- Recolección manual a principios de la temporada para reducir las poblaciones.
- Eliminación de restos de cultivos después de la cosecha o incorporación de los mismos, donde los insectos puedan buscar refugio.
- Utilizar plantines sanos.
- Si es trasplante, que las plántulas tengan más de 4 hojas verdaderas (son menos susceptibles)
- La instilación de cubiertas de malla de tela ligera puede ayudar con el establecimiento de semillas directas.
- Rotación de cultivos, después de una brassica utilizar un cultivo de una familia distinta.
- Incorporar corredores biológicos en el borde del potrero para atraer enemigos naturales y polinizadores.
Fuente: INIA