Además de la vida de las personas, la crisis mundial causada por la pandemia del coronavirus, podría tener consecuencias graves en la cadena de suministro alimentaria, sobre todo en los países más vulnerables, por ejemplo, aquellos donde ya requieren de ayuda alimentaria externa. Así lo advirtió Máximo Torero, jefe de Economía de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus sigla en inglés).
De acuerdo con el organismo internacional, «nos enfrentamos a una crisis alimentaria inminente», a menos que se adopten con rapidez medidas para proteger a los más vulnerables y asegurar las operaciones de las cadenas mundiales de suministro de alimentos.
La escasez de trabajadores en el campo y las medidas proteccionistas (aranceles y prohibiciones a la exportación) que adopten los países, pueden tener consecuencias en las próximas semanas, explica Torero.
«Lo peor que puede pasar es que los gobiernos restrinjan el flujo de alimentos», dijo. «Todas las medidas contra el libre comercio serán contraproducentes. Ahora no es momento de restricciones ni de establecer barreras comerciales. Ahora es el momento de proteger el flujo de alimentos en todo el mundo», señaló el economista.
Por eso, hizo un llamado a los países a resistir ante las insistencias de algunos sectores para proteger su propio suministro. Señala que las barreras comerciales generarán una volatilidad extrema y empeorarán la situación.
Alteraciones en la cadena de suministro
Si bien actualmente las cadenas de suministro se encuentran funcionando con normalidad, los problemas podrían aparecer en las siguientes semanas e intensificarse en los próximos dos meses, «las frutas y verduras requieren mucha mano de obra, si la fuerza laboral se ve amenazada porque la gente no puede moverse, entonces tienes un problema».
Para abril y mayo se esperan restricciones de movimiento, es probable que las restricciones al transporte y las medidas de cuarentena impidan el acceso de los agricultores a los mercados, frenando su capacidad productiva y obstaculizando la venta de sus productos; la escasez de mano de obra podría afectar a la producción y elaboración de alimentos, en particular en el caso de los cultivos intensivos; escasez de fertilizantes, medicamentos veterinarios y otros insumos que podrían afectar a la producción agrícola. Los cierres de restaurantes y las compras de comestibles disminuyen la demanda de productos frescos y productos pesqueros, lo que afecta a los productores y proveedores. Los pequeños agricultores son particularmente lo más vulnerables.
Fuerza laboral
«El coronavirus está afectando a la fuerza laboral y los problemas logísticos se están volviendo serios», indicó Torero. «Necesitamos tener políticas establecidas para que los trabajadores pueda seguir haciendo su labor. Proteger a las personas también, pero necesitamos la fuerza laboral. Los principales países aún tienen que implementar este tipo de políticas para garantizar que los alimentos puedan seguir moviéndose».
Lo más importante que puede hacer el gobierno en este momento, es mantener operativa la cadena de suministro de alimentos, garantizar que haya suficientes trabajadores sin ponerlos en riesgo, y evitar que los mercados mundiales entren en pánico.
Compras de pánico y acaparamiento
Finalmente, Torero también hizo énfasis en las acciones que puede tomar la sociedad. Hizo un llamado a evitar las compras de pánico, caer en el acaparamiento, y reducir el desperdicio, pues hacerlo solo agrava los efectos negativos de la crisis. «No es un problema de suministro, es un problema de logística. Hay suficiente alimento para todos, en la medida que todos mantengan la calma y dejen de acaparar. Es más probable que desperdiciemos alimentos si acaparamos más de lo requerido, y el acaparamiento también aumentaría artificialmente los precios de los alimentos».
Fuente: Mundo Agro