Con la finalidad de fortalecer el conocimiento técnico de los productores de frutilla vinculados al Programa Territorial Integrado (PTI) Frutícola Laja Diguillín, se realizó en el auditorio de INIA en Chillán el seminario “Sanidad de suelos en la producción de Frutillas en la Región de Ñuble” que organizaron Corfo, la secretaría regional ministerial de Agricultura e INIA Quilamapu.
A la actividad asistió un centenar de productores y contó con la presencia del director regional de Corfo Ñuble, Daniel Sepúlveda, el director regional de INIA Quilamapu, Rodrigo Avilés, y el Seremi de Agricultura, Fernando Bórquez, quien resaltó el futuro frutícola de la región. En tal sentido, mencionó que hace una década la producción de frutas de Ñuble alcanzaba las 3 mil hectáreas, superficie que se ha quintuplicado al día de hoy al llegar a las 15 mil hectáreas “y con un potencial de 150 mil hectáreas”.
Bórquez agregó que en el último tiempo se ha masificado la producción de frutillas, frambuesas, arándanos y avellano europeo en la región, siendo las frutillas las que representan una gran ventaja para el pequeño productor, ya que “la producción se alcanza dentro del año, sin tener que esperar más de cinco años como en otros cultivos”. Asimismo, destacó la versatilidad de este cultivo que “es posible de producir tanto en la precordillera como en la costa, lo que representa otra gran ventaja”.
El uso de endófitos
Entre las exposiciones, el seminario contempló la de la investigadora de INIA Quilamapu Lorena Barra, que presentó una novedosa tecnología de control de enfermedades y plagas basada en microorganismos endófitos.
“Se trata de microorganismos, entre hongos y bacterias, que crecen al interior de la planta y le prestan ciertos beneficios como la promoción de crecimiento, pero además entregan protección frente plagas y enfermedades”, explicó la investigadora.
La ingeniero agrónomo mostró los resultados alcanzados recientemente en un exitoso proyecto desarrollado en el Maule, donde los agricultores conocieron las ventajas de usar endófitos para el control de plagas y enfermedades en hortalizas. Barra indicó que la experiencia alcanzada, perfectamente, se puede traspasar a frutillas. En tal sentido, la investigadora mostró el producto Endomix T1 desarrollado por INIA en Chillán, como resultado del proyecto que financió el gobierno regional del Maule, para estimular el uso de una producción hortícola más limpia.
La profesional indicó que el mismo producto se podría aplicar en un cultivo de frutillas, aunque resaltó la necesidad de conocer “si estos mismos microorganismos son también endófitos de frutillas”. Resaltó la importancia de contar con el apoyo del gobierno regional de Ñuble para desarrollar una iniciativa de uso de endófitos en frutales menores, tal como lo hizo el Gore Maule en hortalizas. “Ello permitiría no sólo buscar alternativas para las enfermedades del suelo, sino que también para enfermedades fungosas como botritis y para la acción de pulgones y trips en frutillas”.

Lorena Barra será parte de los investigadores que entre el 8 y 10 de octubre estarán presentes en el 1er simposio Latinoamericano de Control Biológico que se realizará en las Termas de Chillán, instancia que agrupará a los principales científicos del continente en esta disciplina. El Control Biológico cobra más fuerza cada día, al buscar instancias ambientalmente amigables para el desarrollo de la agricultura.
Fuente: INIA