Si bien el escenario es promisorio, el desarrollo de este sector debe hacerse cargo del desafío de suplir esta creciente demanda de alimentos, a medida que gestiona sus impactos sobre los recursos naturales y las personas.
La producción de cerdos en Chile se caracteriza por ser fuertemente intensiva, con altos niveles de tecnología, integrada verticalmente en los distintos eslabones de la cadena y concentrada en pocos actores.
Según la Asociación Gremial de Productores de Cerdos de Chile (ASPROCER), la industria porcina está enfocada en la exportación, con habilitaciones para exportar a 64 países.
En 2017, Chile exportó el 59% de su producción. Es importante mencionar que en Chile el sector no fue exento de enfrentar los desafíos mencionados. Cabe recordar el “caso Freirina” que evidenció las tensiones entre las comunidades locales y la instalación de una gran planta productora de cerdos, debido a sus potenciales impactos socioambientales.
El sector generó cambios en esta temática; sin embargo, se siguen presentados conflictos. Durante 2018, un grupo de vecinos de San Javier (Región del Maule), realizó diversas manifestaciones contra la instalación de una planta de cerdos en la comuna, principalmente, por la competencia por el recurso hídrico que se podría presentar.
Por tanto, es relevante analizar los avances y desafíos en materia de sustentabilidad para la cadena porcina chilena.
Para ello, este artículo presenta una descripción del sector porcino chileno, además de las iniciativas internacionales en sustentabilidad porcina, tanto desde organismos internacionales, mercados competidores de la industria nacional, como desde requerimientos y tendencias en esta materia en los mercados de destino.
Lea aquí el artículo en su totalidad titulado “La industria porcina en Chile: oportunidades y desafíos para su sustentabilidad” producido por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA).
Fuente: CarneTec