Desde hace años el sur de Chile ha ido cambiando su paisaje. Lo que en un inicio eran pruebas en forma de parcelas experimentales, hoy son una realidad establecida. Así las zonas que siempre estuvieron identificadas con la ganadería o la agricultura extensiva ya presentan pujantes producciones de fruta.
No sólo el cambio climático ha modificado los límites productivos y los manejos necesarios. También los mercados que se abren, los distintos hábitos de consumo o incluso el surgimiento de fuertes poderes compradores fueron el motor de este proceso.
Así se explica lo que ha ocurrido, por ejemplo, con tantas hectáreas de Osorno costa, que tradicionalmente eran cerealeras de secano y forestales, y hoy están transformadas en huertos de avellanos europeos. En la foto, un proyecto desarrollado por el área técnica de Grupo Hijuelas, con variedades de avellano europeo Yamhill y Tonda Pacífica establecidas el año 2017.
Fuente: Mundo Agro