El creciente aumento de la demanda global por productos orgánicos y la necesidad de los productores por diferenciarse lleva a que cada vez sean más los interesados en incursionar en la producción de nueces orgánicas, por las que se pagan precios a productor que en la última temporada fueron de hasta un euro más por kg que los que se pagaron por el producto convencional.
A pesar de las buenas proyecciones, hasta ahora el crecimiento del rubro ha sido lento. De hecho, según cifras de Odepa, en el país existen 223 hectáreas de nogales con certificación orgánica.
“En total hay como 15 productores de nueces orgánicas, de los cuales la mayoría no maneja más de 200 árboles”, afirma Aart Osman, investigador del INIA La Cruz y líder del equipo que está desarrollando el primer manual para el manejo de nueces orgánicas de Chile.
El lento avance se debe en gran medida a que existe la percepción de que este tipo de producción es cara, menos productiva y, por ende, menos rentable. Sin embargo, los expertos no coinciden con eso.
“Tal vez no es realista pensar que en un huerto de nogales orgánicos se van a obtener 10 ton/ha, pero sí es factible alcanzar 6 ton/ha de fruta de buenos calibres y calidad, la que se vende a muy buen precio en los mercados internacionales. O sea, sumando y restando, la rentabilidad del proyecto podría aumentar de forma importante”, asegura Aart Osman.
El difícil comienzo
Lo que sí es una realidad es que el proceso para transformar un huerto de convencional a orgánico tiene una serie de complejidades que van mucho más allá de dejar de ocupar agroquímicos.
El primer desafío —y el más importante— es sobrevivir al periodo de transición, que comienza una vez que el productor toma la decisión de convertirse en orgánico y se extiende —en el caso de las nueces— hasta la tercera cosecha, cuando el sistema alcanza un equilibrio sin la necesidad de usar productos sintéticos.
“Este proceso se torna tremendamente difícil, debido a que no existe la tecnología para afrontar muchos de los problemas que puedan surgir y a que los agricultores, la mayoría de las veces, no se encuentran preparados ni capacitados para esto”, explica Jean Paul Joublan, agrónomo que asesora dos huertos de nogales orgánicos en Francia.
Por ello, una vez que se está decidido a ser orgánico, la primera acción será elaborar un completo plan de manejo para el huerto, donde se detallen las labores agronómicas que se llevarán a cabo durante la transición y una vez que el nuevo sistema sea establecido. La idea, dicen los expertos, es que sepa cómo actuar cuando se enfrente a los principales desafíos de este periodo: mantener la fertilidad integral del suelo y hacer un adecuado manejo sanitario que impida la presencia de plagas y enfermedades.
Fuente: Revista del Campo