En los últimos años, la Región de O´Higgins se ha convertido en una zona de gran importancia para el cultivo de ajos y cebollas. De hecho, es aquí donde se encuentra la mayor superficie de ajos (545 hectáreas) y la segunda mayor de cebollas (1.516 de guarda y 288 de temprana).
Que este protagonismo siga creciendo dependerá, en gran medida, de que exista una buena identificación y cuantificación de las diferentes enfermedades que afectan a estas especies aliáceas, las cuales pueden ocasionar daños considerables en los rendimientos de los cultivos y, por ende, en la rentabilidad económica de los proyectos.
“Considerando solo una incidencia mínima de un 2% de patógenos en aliáceas, las pérdidas económicas por pudrición en ajos pueden llegar a $271.600 por hectárea. En el caso de las cebollas de guarda y las tempranas, las cifras muestran pérdidas estimadas mayores, las cuales pueden llegar a $381.600 por hectárea”, asegura Natalia Camus, directora de Lagric.
Es justamente por esto que Lagric y el Centro de I+D CER están desarrollando el proyecto “Transferencia programa de mitigación fitosanitaria en aliáceas (FIC,ID-30474706-0)”, el cual busca identificar la dinámica poblacional de los principales patógenos presentes en los huertos de aliáceas de la Región de O´Higgins y generar alternativas de programas fitosanitarios sustentables a través de tablas técnicas de sensibilidad a ciertas moléculas de fungicidas.
Los patógenos presentes
Para caracterizar los patógenos y determinar su incidencia, se prospectaron 17 huertos, ubicados en ocho comunas de la Región de O´Higgins, donde se han analizado más de 8.600 muestras.
Si bien el proyecto solo contemplaba el estudio de la dinámica poblacional de Botrytis sp. (pudrición del cuello o moho gris) en ajos y Peronospora destructor (mildiu) en cebollas, la gran incidencia de la pudrición bacteriana, causada por Pectobacterium carotovorum, también llamada Erwinia carotovora, llevó a que esta patología también fuera considerada.
“De hecho, la incidencia de esta bacteria—Pectobacterium carotovorum— triplicó la incidencia de los dos hongos objetivos de este proyecto en su conjunto”, afirma Natalia Camus.
Fuente: El Agro