El creciente consumo de berries orgánicos empuja a muchos productores a cultivarlos, lo que significa tomar una serie de decisiones incluso antes de empezar.
La primera es definir a qué mercado se pretende enviar su fruta, pues ello determinará la legislación y las certificaciones que deberá cumplir, lo que le permitirá saber qué aspectos debe privilegiar.
Posteriormente se deberán realizar una serie de medidas que van desde el diagnóstico del tipo de suelo, lo que ayudará a definir como se incrementarpa la biomasa y la materia orgánica del suelo, así como el diseño de la plantación, en donde las condiciones del suelo serán determinantes, por ejemplo, en la profundidad que deberán tener los camellones, lo que determinará posteriormente incluso la duración del huerto.
Otro aspecto clave es la fertilización, los que deben provenir de fuentes orgánicas, lo que permitirá conservar una estructura terrestre con alta actividad biológica, y aplicarse cumpliendo parámetros como la temperatura de los suelos. Asimismo, el momento en que se usa el fertilizante según su base, también es clave.
En cuanto al control de plagas, los expertos recomiendan propiciar la presencia de insectos benéficos.
Para ello resulta importante realizar un monitoreo constante del cultivo y el suelo con el fin de determinar la dinámica de las poblaciones de nuevos insectos y hacer un manejo preventivo oportuno.
Fuente: El Agro