Un buen día, Lucila Albizú y su esposo Moisés Arismendi cambiaron las vacas lecheras por las frutas y hortalizas. Los bajos precios pagados en planta y las pocas posibilidades de cumplir con el volumen requerido en tan sólo 10 hectáreas, los impulsaron a dar un nuevo giro y comenzar a ofrecer los productos hortícolas que antes producían sólo para el consumo familiar.
Ahora, las frutillas, acelgas de colores, kale, tomates, habas, lechugas marinas y arvejones son parte de una producción que ofrecen a los clientes bajo una nueva modalidad: su “Huerto interactivo El Moro”, donde los clientes van a comprar directamente a su parcela ubicada en la Ruta 5 sur, camino al sector rural del mismo nombre, en la comuna de Río Negro.
“A los que llegan les entregamos un canasto de mimbre donde recolectan lo que desean llevar y luego vacían las hortalizas en un cajón que pueden llevar a su casa con el compromiso de volver a la siguiente semana. No cobramos entrada, lo único que se paga es el producto y más encima es barato”, explica Lucila.
Su fórmula de comercialización se suma a los esfuerzos que cientos de productores están emprendiendo en la provincia de Osorno.
Desde 2009 a la fecha, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) ha apoyado el rubro con una inversión de $2 mil millones destinados a invernaderos, pozos profundos y sistemas de cosecha de aguas lluvias, entre otros avances.
Y en la zona, 2.200 pequeños agricultores están relacionados al rubro de hortalizas a través del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) y 330 productores participan en el programa de Desarrollo Local (Prodesal), sumando 350 y 74 hectáreas, respectivamente.
Asimismo, otros 45 productores trabajan con el programa Servicio Asesoría Técnica (SAT), cultivando un promedio de 0,5 hectáreas de superficie. La mayoría produce tanto bajo plástico como al aire libre.
Frente a las cifras oficiales, especialistas como lnger Contreras, agrónoma y asesora de Cooprinsem, señalan que en relación a las 700 hectáreas que describe el Censo Agropecuario de 2007, y considerando un promedio de 0,8 hectáreas cultivadas, cerca de 800 productores estarían dedicados exclusivamente a la horticultura en la provincia.
En cuanto a la superficie plantada en los últimos 5 años, las 2.274 hectáreas en la Región registradas en el Censo habrían aumentado al menos 10%.
“Para la provincia de Osorno son cerca de 700 hectáreas con objetivo comercial y de autoconsumo”, detalla Inger Contreras.
Y si bien 700 hectáreas es una cifra pequeña, “estamos hablando de ciclos productivos cortos y en la mayoría de los casos pueden sacar dos o hasta tres cosechas en la temporada; entonces, es un rubro intensivo que requiere inversión, pero el retorno es rápido”, asegura la experta.
En la provincia, la consultora Agrocosta realizó un estudio individualizando por lo menos a 250 agricultores bajo el segmento Indap, dedicados 100% a la producción hortícola, según indicó Yasna Gatica, técnico agrícola y asesora.
También coincide en que “la superficie inicial puede crecer muy rápido, la hortaliza es muy dinámica, por ejemplo, el cilantro crece en 30 días”, explica.
Una dinámica que convierte a las hortalizas en un rubro “con gran proyección en la zona”, porque los hábitos alimenticios están cambiando y el consumidor “prefiere la producción local, la gente busca variedades puntuales, combinación de colores en los verdes, por eso creemos que todavía estamos con techo muy grande para crecer en este rubro”, enfatiza.
Pero, el gran vacío aún es la informalidad, sobre todo a nivel de productores más pequeños que “no pueden demostrar su actividad, debido a que no cuentan con cifras ni respaldo de venta, entonces, el gran trabajo de las asesorías es encadenar a los agricultores en forma asociativa hacia el mercado formal”, sostiene Yasna Gatica.
Riego con agua lluvia
Entre quienes se atrevieron a apostar por el rubro hortícola está el rionegrino Juan Vera, uno de los seis productores integrados a la moderna planta de procesos municipal ubicada en la localidad de Tres Esteros.
Hoy en día, en media hectárea produce 700 lechugas en invernadero, casi 500 atados de cilantro y 50 paquetes diarios de rabanitos, por siembra.
Para regar el invernadero, hace un par de meses comenzó a cosechar agua de lluvia. Almacena 20 mil litros mediante un sistema con canaletas y estanque. Su meta es contar con un pozo profundo a mediano plazo, “porque yo compré sin agua”, dice sobre el terreno que posee en el camino a Chapaco, parcela Vista Hermosa. Desde allí lleva su producción a ferias y también vende directamente a los clientes.
Siembra al aire libre y en invernaderos de 4,5 por 16 metros de largo. Produce papas, arvejas, maíz, porotos, zanahorias, betarragas, lechugas, acelgas, rabanitos y repollos.
Durante varios años fue trabajador agrícola, hasta que tuvo la oportunidad de sembrar en mediería y luego la propietaria le arrendó el huerto, así pudo ahorrar para comprar su actual terreno.
Sobre su incorporación a la planta de Tres Esteros, la idea es partir con hortalizas de hoja verde envasadas “para obtener un precio más alto, para eso debemos producir lo mejor posible”, comenta Juan Vera.
Junto a los demás productores, espera procesar las hortalizas a contar de diciembre.
Inocuidad
En otro grupo asociativo, el perito agrícola y productor Alfredo Muñoz explica que hace cuatro años decidió renunciar a la empresa donde trabajaba para dedicarse a las hortalizas, rubro en el que lleva más de veinte años como productor junto a su esposa Lury Kramm.
Ambos producen cerca de 80 toneladas de repollo desde enero a julio, además de lechugas y betarragas, entre otras hortalizas, en el sector rural Pelleco, comuna de Osorno. Son 8 hectáreas al aire libre donde también utilizan microtúneles y manto térmico.
Desde julio de 2017, Alfredo Muñoz es socio y administrador de Hortícola del Sur, que integran seis agricultores de Osorno, San Juan de La Costa y San Pablo. Suman 50 hectáreas y cuentan con el apoyo de Indap y la asesoría de Agrocosta. La empresa nació tras adjudicarse una licitación que realizó la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) como parte de un plan piloto para su nueva política pública de comprar al menos el 15% de los insumos a la Agricultura Familiar Campesina.
Partieron con la entrega de su producción a jardines de Integra y ahora producen para Junaeb betarragas, zanahorias, lechugas, repollos y papas. La próxima temporada esperan sumar más productos, tales como zapallos italianos y acelgas.
Realizan una producción limpia al regar con pozo profundo, cuyo caudal es analizado una vez al año y además mantienen un packing donde las verduras son lavadas con agua clorada. Todo ello pensando en el consumidor actual, “que prefiere alimentarse de forma sana y todos los días se incentiva a comer frutas y verduras. El cambio climático en la región ha hecho que tengamos mejores oportunidades para producir más especies hortícolas”, señala el productor.
Ferias y retail
Como en todo rubro, la comercialización es un factor crítico para los hortaliceros, que ahora apuntan no sólo a ferias, sino también al retail.
Así, Hortícola del sur tiene como mercado a minoristas, ambulantes, ferias y servicios públicos, cartera de clientes que intentan ampliar a supermercados Unimarc a fines de año. “También estamos buscando otros canales de comercialización”, anticipa Alfredo Muñoz.
Juan Vera explica que con el municipio de Río Negro están viendo “la posibilidad de llevar los productos a Valdivia o Puerto Varas, ya sea para ofrecer a restaurantes, supermercados o bien arrendar un local propio. Queremos apuntar a lugares donde obtengamos un buen precio por el turismo”, señaló.
Mientras que Lucila Albizú también comparte su experiencia con otros productores, dicta charlas a mujeres rurales, participa en ferias gourmet y vende sus productos en la feria de Frutillar, a restaurantes y tiene la intención de llegar a supermercados.
Esto, en torno a las 10 hectáreas totales en El Moro, donde tres de ellas las dedica a frutales y otra media hectárea a hortalizas. Mantiene tres invernaderos, además siembra al aire libre y con microtúneles. Si en frutillas produce 40 toneladas, en hortalizas suma cuatro toneladas en invernadero y sólo en arvejón produce nueve toneladas al aire libre.
Su principal interés es continuar con la venta en huerto, porque está convencida que el rubro seguirá creciendo.
“En los campos sólo quedaba gente mayor, porque no hay oportunidades laborales, nosotros demostramos que sí se puede producir hortalizas a gran escala y de una manera sustentable”, destaca Albizú.
Y agrega que “hoy los consumidores quieren saber de dónde vienen sus hortalizas, ver el proceso, el despaste, quieren vivir la identidad local”, describe de una tendencia de mercado a nivel mundial.
Fuente: El Agro