Con una meta cumplida. Es así como Luis Schmidt siente que deja la presidencia de Fedefruta tras concretar el desafío que había dejado pendiente en su primer periodo en este cargo: la renovación en la institución. El legado es un nuevo equipo, con gente que trae más energía y más fuerza. Ahora lo espera un destino conocido. Vuelve a Asia como embajador de Chile en China, un mercado que para nuestro país representa el 26% del comercio internacional. “Hoy día es muy trascendente para nosotros todo lo que está pasando allá. Si a China le va bien a nosotros nos va bien también”. Desde el 2010 a la fecha, China pasó de estar en el octavo lugar al número uno como socio comercial. Actualmente el país asiático posee tan solo el 6% de terreno cultivable y un 23% de la población mundial. “Esto se ha dado porque las ciudades se instalaron en las zonas donde habían mejores suelos. El 2010 el 51% de la población pasó a vivir del campo a la ciudad y se cree que para el 2025 un 15% de la población vivirá en el campo y un 85% en la ciudad”.
Frente a esta situación, el actual embajador analiza el potencial para Chile y añade que esto significa que cada vez tengan menos tierras cultivables, lo que implica que se vean en la necesidad de importar una mayor cantidad de alimentos. “Lo van a adquirir de cualquier país que les ofrezca las mejores características en calidad y cantidad que ellos necesitan y para eso nosotros tenemos que hacer bien nuestro trabajo”. Para Luis Schmidt volver a China es, de algún modo, regresar a casa. Pese a los más de 19.000 km de distancia, es allá donde don Luis siente que puede marcar una verdadera diferencia con su gestión.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta en su nuevo cargo desde el punto de vista agrícola?
Abrí una cantidad de acuerdos sanitarios para las paltas, nueces, arándanos y cerezas que nos ha permitido avanzar pero ese trabajo no está terminado. Hoy tenemos pendiente el caso de las peras y luego seguiremos con los cítricos. Queremos lograr el ingreso de avellano europeo y alfalfa, por lo que hay temas agrícolas pendientes que vamos a tratar de resolver y de buscar la mejor manera para seguir creciendo como un gran exportador de alimentos a China.
Nos tenemos que adueñar nuevamente de las ventajas que tuvimos en un comienzo, por las primeras relaciones diplomáticas, los primeros acuerdos comerciales, que China le reconoce a Chile. Pero evidentemente otros países competidores de alguna manera comienzan a ofrecer servicios y productos como los nuestros.
Tenemos una relación muy cordial con el presidente Xi Jinping y con el Ministro de Relaciones Exteriores, lo que permite abrir puertas para llegar en los momentos más importantes en temas y decisiones trascendentes con el gobierno chino.
¿Sobre qué labores en particular comenzará a trabajar? ¿Busca abrir el mercado para nuevas especies?
Primero tengo que conocer a las nuevas autoridades y empezar a buscar cómo abrir puertas. El Servicio Agrícola y Ganadero ha presentado los requerimientos solicitados por las autoridades chinas para las peras chilenas, pero es necesario agilizar el proceso. Tengo un acuerdo con el Ministro de Agricultura, Antonio Walker, que nos va a visitar en China en noviembre para acelerar este proceso con su contraparte y lograr que esto efectivamente salga y que en la próxima temporada se pueda realizar la exportación de peras a China.
¿De ahora en adelante, cuáles son los productos agropecuarios que presentan mayor potencial en China?
Estamos viendo la opción de abrir el mercado para los avellanos europeos y alfalfa. China es un gran importador de alfalfa de Estados Unidos y Japón, donde tienen acuerdos sanitarios vigentes, por lo que nos tenemos que meter en esos temas. En el caso de la fruta estamos más aventajados, pero hay una gran cantidad de productos que nosotros quisiéramos ingresar.
En fruticultura la meta inmediata es abrir el mercado a los cítricos. Los incluimos a todos porque si colocamos a las mandarinas o naranjas nos vamos a demorar dos años. En cambio si ingresamos todos los cítricos nos vamos a demorar los mismos dos años, pero vamos a poder comercializar todos los cítricos.
Hemos logrado llegar con carne de cordero, pero hay subproductos que no tienen el acceso, por lo que hay trabajo por hacer. En el caso de los productos del mar, China es un gran consumidor, tenemos que trabajar en este tema. Respecto a la industria vitivinícola, somos el mayor proveedor de vinos en volumen a China. Pero qué pasa con los vinos embotellados. Tenemos que desarrollar este segmento, vender vinos de un precio superior. La mayoría de las viñas exportan vinos de 23 dólares la caja y eso es una verdadera ruina.
¿Cómo evolucionará la comercialización de cerezas en China?
No es bueno que el 85% de la producción se destine a un solo mercado, no es sano. El día de mañana se puede producir un problema sanitario o de otra índole y se puede cerrar el mercado.
Las cerezas se producen en un mes y medio, si se cierra el gigante asiático lograr abrir un nuevo destino es un tema complejo. Es necesario mirar otros países. Los mercados de Corea y Japón están muy interesados, nos eliminaron el requisito de la cuarentena del proceso de frío, que provocaba que las cerezas llegaran en mal estado. Tenemos que ver otras posibilidades.
¿Cómo trabajará la comercialización con los mercados internos de China?
China es un continente y hoy día hemos llegado con nuestros productos agrícolas fundamentalmente a las provincias de la costa y estamos muy focalizados en Dalian, Shanghai, Guangzhou, Beijing, Hong Kong. Es cierto que son las provincias más ricas, pero hoy día tienes casi ochenta ciudades que tienen más de dos millones de habitantes que están en el interior de China. Hay que ver los temas logísticos para poder ingresar a ellas.
El desafío es cómo logramos ese cometido. Está la idea de abrir un nuevo Consulado y una nueva sede de ProChile en la ciudad de Chengdú y tenemos que buscar los recursos para poder concretarlo. Es una ciudad que tiene casi 15 millones de habitantes y una muy buena comunicación al interior de China; además posee un centro de aviación muy importante y está siendo un polo de desarrollo. Nosotros tenemos que llegar a las segundas ciudades y no es un desafío menor.
¿Qué nuevos requerimientos tienen los consumidores chinos en cuanto a las exportaciones agropecuarias?
China es un país tremendamente exigente. Los chinos quieren calidad, calidad y más calidad, por lo que tenemos que aprender. En Chile todavía creen que como los chinos son muchos se van a comer la fruta que no llega en perfectas condiciones y ellos no la consumen, sino que la botan. Hoy algunos países nos están compitiendo fuertemente como México en el tema de las paltas, Perú con las nuevas variedades de arándanos y uva; por lo que tenemos que ser capaces de retomar nuestras ventajas que tuvimos en un inicio y hoy las estamos perdiendo.
Chile es reconocido no solo en China sino en el mundo entero, como un proveedor de productos de alta calidad y sanidad. Somos considerados un país sano, en el que utilizamos menos pesticidas, y eso tenemos que mantenerlo.
Respecto a la granja fundada en China, ¿qué nuevos planes busca desarrollar en ella?
Inicialmente la granja agrícola era demostrativa y lo único que había era fruta, hoy tenemos un hotel cinco estrellas, el pabellón de Chile en la Expo Shanghai y una de las cápsulas de los mineros. Es un polo de desarrollo y de reconocimiento de Chile en China.
Además existe mucho interés de parte de China de tener una granja agrícola en nuestro país, lo que se firmó en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet y todavía no lo hemos concretado.
Respecto a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ¿de qué manera se ven afectadas las exportaciones nacionales al mercado asiático?
Chile tiene un comercio mundial de 136 mil millones de dólares, de los cuales 35 mil millones corresponden al intercambio comercial con China, esto es un 26% del total. Si China se ve afectada, nosotros lo vamos a pasar mal. Y nuestro segundo socio comercial es Estados Unidos, que tiene un intercambio comercial con nuestro país de 21 mil millones de dólares. Todas estas cosas sabes cómo parten, pero no cómo terminan.
Fuente: Mundo Agro