30 mil segregantes ha establecido en campo el Programa de Mejoramiento Genético de Cerezas INIA-Biofrutales, plantas cada una diferente de la otra, las cuales podrían llegar a ser una variedad en el futuro.
Hacia fines de la década anterior el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) ya comenzaba a delinear un programa para desarrollar la primera variedad chilena de cerezo con características únicas de adaptación climática y conservación en poscosecha; mejorando, además, elementos críticos para cualquier variedad, como son tamaño, firmeza y sabor, para impactar a consumidores y productores de diferentes mercados internacionales.
El año 2008 se reunió un grupo de investigadores de INIA con BIOFRUTALES, para delinear el plan de trabajo del que sería el Programa de Mejoramiento Genético del Cerezo INIA-Biofrutales. Las primeras etapas de investigación permitieron generar los primeros protocolos de cruzamientos y propagación, hasta que en el año 2010 gracias a un proyecto de CORFO se logró la incorporación de nuevas empresas privadas bajo el alero de Biofrutales: Univiveros, Viveros Los Olmos, ANA, Buenos Aires de Angol y FEDEFRUTA. En un esquema similar al Programa de Mejoramiento Genético de Vides de INIA-Biofrutales, el cual cabe recordar tuvo como primer gran resultado la generación de la variedad Maylen® (Inia Grape-one), la cual no sólo logró aceptación en el mercado nacional, sino que también está siendo introducida en más de 19 países, a la fecha presente en al menos un país de cada continente.
VARIEDADES QUE RESPONDAN A REQUERIMIENTOS LOCALES
El objetivo del Programa de Mejoramiento Genético de Cerezos INIA-Biofrutales es obtener nuevas variedades de cerezo, que respondan a las demandas de productores y consumidores nacionales, ampliar el periodo de maduración de la fruta, incorporar nuevas zonas productoras y desarrollar el negocio de la mejora de genética vegetal para Chile.
El desarrollo de una variedad contempla a grandes rasgos tres etapas: 1) establecer la estrategia de mejora, elección de parentales y generación de miles híbridos que se establecen en campos experimentales de evaluación; 2) en una segunda etapa la elección de los mejores individuos producidos en la primera etapa, permiten escalar a una etapa intermedia, donde se evalúa con mayor intensidad cada individuo replicado sobre portainjertos comerciales; finalmente, 3) en una tercera etapa se selecciona el mejor (o los mejores) individuo de los evaluados en la etapa intermedia y se escala a nivel pre-comercial, pudiendo incluso evaluarse en diferentes condiciones agroclimáticas, permitiendo un conocimiento acabado de la variedad y la mejor forma de cómo debe ser producida.
En este contexto, el Programa a la fecha ha establecido en campo alrededor de 30 mil segregantes, plantas cada una diferente de la otra, las cuales podrían llegar a ser una variedad en el futuro. Tras llevar a cabo diversas evaluaciones de estos segregantes, el Programa ha seleccionado 21 selecciones intermedias, árboles que han mostrado los resultados más interesantes hasta el momento. A partir de este año, las selecciones tendrán un período de estudio de dos a tres años. Al cabo de ese plazo se seleccionarán los mejores individuos para escalar a la tercera etapa de trabajo, las selecciones avanzadas.
Fuente: Redagrícola