Era una especie de pololeo. Temporada tras temporada, las exportadoras salían a buscar uva de mesa. Los agricultores se hacían de rogar y las comercializadoras respondían con adelantos y apoyos técnicos. Incluso algunas comercializadoras financiaron las nuevas plantaciones de los fruticultores. Así fue como la uva de mesa labró su crecimiento desde fines de los años 70 para convertirse en la fruta de mayor volumen exportado.
Sin embargo, la temporada 2017-2018, que finalizó el pasado viernes, demostró que ese tiempo se terminó.
Año tras año, los márgenes de las comercializadoras se han ido estrechando por el surgimiento de productores que exportan directamente. La última temporada los bajos precios de la uva mesa fueron un golpe bajo la línea de flotación.
Exportadoras tradicionales y de gran tamaño, como Del Monte y David del Curto, achicaron sus volúmenes para concentrarse en los rubros más rentables.
En tanto, las comercializadoras enfocadas en las cerezas -rubro que ya representa cerca del 20% de los ingresos frutícolas- también vivieron una temporada con alta presión. Positiva, en todo caso. El volumen enviado saltó 96% y puso a prueba la capacidad de procesamiento y embalaje de la industria, junto con la logística.
Con los altos precios pagados en China, ningún productor quiso quedarse bajo el barco, lo que generó más de un roce con las exportadoras.
Más allá de las distintas realidades por rubro, y los cambios de estrategia y de la presión sobre la cadena de procesamiento y distribución, los resultados generales de la temporada 2017-2018 son positivos, especialmente en los volúmenes.
-Superamos los 2,7 millones de toneladas de frutas frescas enviadas al mundo, lo cual representó un incremento de 5,6% respecto de la campaña anterior. Este aumento se explica, principalmente, por mejores condiciones climáticas que permitieron retomar los niveles de producción y la entrada de nuevas plantaciones -explica Ronald Bown, presidente de la Asoex.
De hecho, se lograron hitos históricos de exportaciones, como las 186 mil toneladas de cerezas y las 110.201 toneladas de arándanos.
-El valor del dólar ha jugado a favor, pues es muy importante en los resultados finales. Más allá de situaciones puntuales, fue una buena temporada -advierte Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.
A continuación las cifras y algunas de las tendencias de la temporada 2017-2018. La estadística es hasta el 22 de agosto, por lo que en las frutas invernales se podría marcar una ligera diferencia.
Fruta propia
Una vez considerada la nave insignia de la armada frutícola, la uva de mesa vivió una temporada de enseñanzas.
-Chile tuvo calidad y condición normales, pero frente a la competencia ya no es posible pelear. Obviamente, no toda la fruta está en esta situación; sin embargo, una gran parte, especialmente la flame seedless, ya no tiene mercado. Esta oferta bajará drásticamente la próxima temporada, igual que otras tradicionales, como la thompson de calibre mediano. En términos generales, entre 20% y 30% de la uva de mesa tuvo buenos precios. Un gran porcentaje, 50% a 60%, fue de negocios mediocres, con retornos bajos. Para el 20% a 30% fue un muy mal negocio, tanto para exportadores como productores -sostiene Isabel Quiroz, directora de iQonsulting.
Quiroz cree que la onda expansiva de los malos resultados de 2017-2018 se hará sentir en la próxima temporada. Mientras que en la última campaña el volumen de la uva de mesa cayó un marginal 0,1%, en la próxima temporada bajaría 4%, rondando las 700 mil toneladas. La ejecutiva anticipa que habrá cambios en la composición de la oferta y que la flame bajaría desde 56.900 toneladas en 2017-2018 a poco más de 10.000 toneladas en la próxima temporada. En tanto, las variedades patentadas pasarían de 77.000 toneladas en 2017-2018 a casi 110.000 toneladas, alcanzando 15% de participación en los envíos.
Ronald Bown asume que el mercado “está cambiando en cuanto a su preferencia por nuevas variedades. La flame y thompson seedless están perdiendo espacio en el mercado internacional.
-Por otro lado, en esta campaña se vio de manera más concreta el estrechamiento de la venta de Chile, especialmente para las uvas tempranas, las cuales coincidieron en sus arribos con el producto de Perú y Sudáfrica, lo cual ocasionó una mayor oferta y menores precios -sostiene el dirigente.
Bown explica que la industria está trabajando en nuevas variedades hechas en Chile, a través del Programa de Mejoramiento Genético de Uva de Mesa del Consorcio Tecnológico de la Fruta.
-Las primeras variedades podrían ser presentadas dentro de tres años -afirma el presidente de la Asoex.
Mientras tanto, las exportadoras de uva de mesa están cambiando su forma de trabajar. Algunas están dejando a productores de variedades que entregan malos resultados, optando en varios casos por aumentar la producción propia para asegurar la calidad.
Si antes eran las exportadoras las que llamaban a los agricultores, ahora se ven más casos en que estos tienen que encontrar quién mueva su uva de mesa.
Esa separación golpea un talón de Aquiles de los agricultores: el financiamiento.
-Es una situación compleja, pues los bancos son reacios a financiar a la fruticultura, y las exportadoras tradicionalmente han sido una fuente de capital de trabajo -explica Manuel José Alcaíno.
Logística con nuevos desafíos
Uno de los grandes cambios de la temporada pasada fue el zarpe de 10 barcos rápidos a China, un aumento de 66% respecto de la campaña anterior. Fueron cerca de 12 días que se ganaron respecto de un tránsito normal, lo que ayudó a llegar con productos que tienen una vida de poscosecha más larga. Aunque los organizadores fueron las exportadoras de cerezas, se abrió un espacio para llevar otras frutas.
El resultado es que los volúmenes de fruta chilena enviada al Asia subieron 30,4% en la temporada 2017-2018.
-Los barcos rápidos representan un avance extraordinario por el ahorro de días. Llegar a China demora casi lo mismo que mandar la fruta a Europa. Sin embargo, se mandó fruta que no se debería haber enviado -explica Manuel José Alcaíno.
Los resultados en China mostraron que se debe manejar la nueva logística con reglas acordes. Como los viajes antes demoraban hasta 35 días, la selección de la fruta, pensando en su vida de poscosecha, era la más exigente. Sin embargo, con la baja de tiempo, la tentación de disminuir el listón de exigencias es una tentación muy grande. El problema es que los consumidores chinos, y por ende los importadores, dieron un salto en sus exigencias de calidad y condición en la medida que sus ingresos han aumentado.
Otro flanco en la logística vino del lado de la menor disponibilidad de contenedores refrigerados para los embarques en la temporada 2017-2018.
-Afectó la cadena logística de productos que requieren continuidad por ser perecibles y llegar lo más rápido posible a los mercados de destino.
-Las razones fueron variadas, siendo una de ellas una falta a nivel sudamericano de contenedores, producto de que hay una mayor necesidad, ya que las exportaciones chilenas, ecuatorianas y peruanas de fruta fresca han tenido un incremento importante. Es por ello que nos encontramos analizando junto a los distintos actores de la cadena logística cómo reducir la compleja situación registrada la pasada temporada -sostiene Ronald Bown.
Tampoco se les escapó a los integrantes de la industria frutícola que la entrega de cajas de cartón por parte de los proveedores sufrió más de la cuenta durante las semanas peak de la última temporada. La capacidad de producción está muy cercana a la demanda.
-Si un proveedor tiene problemas, otros tienen dificultad para reemplazar esa oferta en forma urgente -sostiene Rodrigo Manasevic, director de Utilitas.
Mayor marketing
Aunque los aranceles son importantes en la llegada a un mercado, no lo son tanto como las exigencias sanitarias.
La última temporada tuvo un par de avances en ese aspecto.
Limones y chirimoyas lograron la apertura del mercado de Estados Unidos bajo el mecanismo de systems approach , lo que permitió una inspección como alternativa a la fumigación, contribuyendo a una mejor condición de fruta para los consumidores.
También se avanzó en el proceso de ingreso de las peras al mercado chino.
-Esperamos poder comenzar con las primeras exportaciones a partir de marzo de 2019 -anuncia Ronald Bown.
El dirigente explica que en cuanto se logre esa apertura, se iniciará la negociación para el ingreso de cítricos, que serán trabajados como grupo.
Una prueba del impacto que significa una apertura sanitaria se vivió en 2017-2018, en que despegaron las exportaciones de nectarines a China, luego de la apertura de este mercado en 2016, alcanzando las 16.654 toneladas, un crecimiento de más de 400% en solo una temporada.
Para dar a conocer la llegada de esta fruta, las exportadoras realizaron por primera vez una campaña de promoción de nectarines chilenos en China, potenciando su consumo como fruta saludable.
Las exportadoras de cerezas, eso sí, marcaron el punto más alto de marketing , con una inversión de US$ 5 millones en China. Con eso se pudo llegar a 573 millones de consumidores, lo que aceleró el consumo en más de 20% y logró 18 millones de nuevos compradores.
Fuente: El Agro