Sí nos remontamos algunos años atrás, no sólo se evidencia un alza en la producción de alimentos a nivel mundial sino también en su comercio. Según cifras de la FAO, en los últimos 55 años las importaciones mundiales de este tipo de productos se multiplicaron por 5,5. Este es uno de los aspectos que ha generado que el sector financiero apueste sus fichas por el rubro agrícola. Y así lo evidencia la adquisición de 83 millones de hectáreas de tierra, principalmente en África, entre los años 2002 y 2012, según datos del Banco Mundial, entregados por la consultora Quiroz y Asociados. Pero el mundo también ha puesto sus ojos en el sector agrícola chileno, que destaca dentro de Latinoamérica. Ha surgido una nueva tendencia de la que Chile tampoco queda ajeno.
Cuando el sector financiero internacional analiza la región latinoamericana para saber qué países podrían ser objeto de inversión, en la mayoría de los casos llegan a Chile. Y es que hay una serie de factores que juegan a su favor. Si hay un aspecto por el que es reconocido a nivel mundial en lo que a producción de alimentos se refiere, es por contar con las condiciones óptimas dado su clima mediterráneo y el resguardo fitosanitario, que hace que se encuentre libre de ciertas plagas. Esto a su vez lo lleva a posicionarse como un muy buen proveedor de productos agrícolas, especialmente frutícolas, algo en lo que también influye el factor de contra estación.
Pero existen otros elementos que hacen que el sector agrícola se vea con otros ojos, tal como la garantía del derecho de propiedad. Así lo revela Felipe Tupper, asociado de Carey. “La gente dice yo invierto y no por ser extranjero el día de mañana me van a castigar o me van a discriminar. Hay reglas del juego estables tanto en materia de inversión extranjera como también en materia tributaria.
Los impuestos pueden subir, pero son alzas razonables y paulatinas que están dentro de los marcos de los países de la OCDE y eso les interesa mucho. Su plata, su inversión, no la sienten en riesgo; que por un golpe de autoridad o por un pequeño régimen autoritario que pueda surgir el día de mañana la inversión se pueda perder o los impuestos que pagaban el día uno puedan ser subidos al doble o al triple por ser sólo inversión extranjera. Eso lo valoran mucho”, comenta. Pero más allá de los factores que pueda tener una zona en particular, ingresar a otro país o continentes puede considerarse una puerta de entrada para exportar a otros mercados. Este es precisamente otro plus con el que cuenta Chile. Según recuerda Michael Wallace, gerente Agroindustria y Alimentos de Banco Bice, aproximadamente un 80% de los países compradores del hemisferio norte tiene un Tratado de Libre Comercio con Chile, tema que no se da en otros países. “Ha sido muy interesante para ellos tener una operación acá, con las condiciones propicias para poder exportar con bajo arancel y con TLC adecuados y propicios para la exportación de fruta desde Chile”, añade.
Finalmente, existe otro factor que justifica el interés de los últimos años, creciente por lo demás, de invertir en el sector agrícola nacional: Aún es competitivo en términos de precio en comparación con la inversión en el mismo sector en países más desarrollados. Así lo indica Alberto Cardemil, socio de Carey, quien agrega que se trata de un valor que ha ido subiendo exponencialmente dado el mayor apetito por la ampliación de cultivos.
Plusvalía al alza
Un incremento considerable de inversionistas, nacionales e internacionales, han advertido desde Colliers Internacional en la compra de predios agrícolas. Así es que Matías García-Huidobro, gerente del Área Agrícola de esta entidad, lo define como un mercado que se ha vuelto muy atractivo como medio de inversión y consigna que, de acuerdo a las solicitudes que han recibido, durante los últimos cinco años el interés de inversionistas por invertir en agricultura chilena ha aumentado 70%. Asimismo destaca que sólo un 30% de los clientes corresponden a agricultores o empresas del rubro, mientras que el 70% restante se trata de family office, empresarios e incluso profesionales de diversas áreas.
Algo que ha influido en estas tendencias es precisamente la plusvalía que ha adquirido este tipo de predios en los últimos años. A modo de ejemplo, desde Colliers Internacional señalan que hay zonas que en los últimos diez años han incrementado su plusvalía en más de un 100%. Pero otro factor relevante es la rentabilidad que se puede llegar a obtener. Si bien es relativa y puede variar por efectos climáticos, económicos e incluso tendencias, García-Huidobro indica que una buena rentabilidad fluctúa entre 5% y 15%, pudiendo llegar a más de un 30% en operaciones puntuales. Hay quienes llegan a nuestro país a través de la compra de campos, pero también hay quienes lo hacen bajo la figura de la asociatividad. Unos buscan producir y otros apuestan a contar con instalaciones. Cambian las formas, los motivos y también los países de donde provienen, pero la tendencia es una: las inversiones en el agro son cada vez más y Chile es una apuesta segura.
Fuente: Mundo Agro