La leche sigue generando polémica. La última en la sala de la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, que preside la diputada Alejandra Sepúlveda, ha sido proyecto de ley, nacido de dos mociones parlamentarias, que busca cambiar el etiquetado de la leche y obligar a que se indique el origen y los procesos térmicos a los que se sometió.
El proyecto divide al sector. Por un lado están los que sostienen que no se requiere una ley específica, ya que las existentes bastan; mientras que por el otro están los que argumentan que la norma actual no es suficiente para proteger ni a los productores ni a los consumidores. A ello se suma la discusión científica de cuál sería el impacto del producto reconstituido en la salud de las personas.
El origen de la discusión
Fue la queja de un sector de los lecheros por un aumento desmedido de las importaciones de leche lo que motivó a las parlamentarios Iván Flores y Javier Hernández a plantear la iniciativa que busca que se introduzca la obligación de una etiqueta que indique la procedencia del producto importado y los procesos a los que se ha sometido antes de ser reconstituido con agua o recombinado con grasas vegetales.
La propuesta es apoyada por la Federación de Productores de Leche, Fedeleche. “Cualquier iniciativa que ayude a fortalecer y beneficiar la debilitada posición del sector lechero nacional debe ser analizada, discutida y en caso de responder a nuevos requerimientos o exigencias sujeta a mejoras”, plantea Eduardo Schwerter, el nuevo presidente de la entidad.
Agrega que “incorporar dentro del etiquetado de los productos lácteos ya sea nacional o importado, el país de ordeño de la leche, nos parece una práctica honesta y transparente en términos de dotar de mayor información al consumidor”.
En el campo opuesto está el Consorcio Lechero, integrado por las plantas procesadoras y por Aproval, la organización de los productores de la Región de Los Ríos, que consideran que el Reglamento Sanitario de los Alimentos y el Reglamento sobre Etiquetado de Alimentos, más una adecuada fiscalización, bastarían para responder los planteamientos de los diputados.
“El proyecto en general es redundante respecto de lo que hoy cubre el Reglamento Sanitario de los Alimentos. Las definiciones de este reglamento están alineadas con el Codex Alimentarius, que es la normativa global en que se basan los reglamentos de los distintos paises`, señala Ximena Corbo, gerentes de Negocio Lácteo y Culinario de Nestlé Chile, quien cree que lo importante es fiscalizar el cumplimiento de las normas vigentes, ya que “las faltas no se solucionan con nuevas leyes”.
Todos reconocen que lo que debiera hacerse es destacar productos como la leche líquida y los quesos que contengan exclusivamente leche chilena. También coinciden en que toda información para los consumidores es positiva. “Hoy tenemos un consumidor mucho más empoderado, que quiere contar con esa información y será este, en definitiva, quien opte por un producto chileno elaborado con leche fresca y natural, versus un producto importado, que podría ser reconstituido a partir de leche en polvo, de la cual esperan conocer también su trazabilidad, ya que actualmente eso se desconoce”, recalca Schwerter.
Fuente: El Agro