Aunque en el último mes el negocio de las nueces se complicó, por problemas derivados de la guerra comercial entre EE.UU. y China, el sector desde hace varios años viene apostando a crecer y mantener los altos estándares de calidad. Una forma de conseguirlo es aumentando de forma progresiva la presencia de los nuevos portainjertos clonales que, además de ser compatibles con chandler y serr, permiten homogeneidad de la producción y mayor resistencia a enfermedades o plagas.
“Estos nuevos portainjertos clonales representan el futuro de la actividad nogalera en Chile”, recalca el experto en frutos secos Jean Paul Joublan. Actualmente el 95% de los huertos del país utiliza el patrón Juglans regia , que presenta una serie de falencias, como su alta sensibilidad a phytophthora , la principal causa de muerte de los nogales, así como problemas para el replante. A pesar de ello son muy pocos los productores los que lo han reemplazado por alguna de las nuevas opciones que han llegado al país, debido a la escasa disponibilidad de material. Esto, a su vez, se relaciona lo difícil que resulta la micropropagación in vitro .
“El principal problema es que es muy difícil enraizar. Esto, por ejemplo, lleva a que en EE.UU. haya años en que solo el 75% de las plantas micropropagadas sirvan”, explica Carlos Rojas, asesor en producción de nueces.
Las alternativas disponibles
A nivel global, ya son varias las alternativas que existen de portainjertos clonales. Parte importante de los nuevos desarrollos se han realizado a partir de Paradox, un patrón híbrido antiguo, de gran vigor, que presenta una importante tolerancia a phytophthora y a algunos nemátodos que suelen atacar a esta especie, aunque de alta susceptibilidad a la agalla de la corona, una patología que en California ha causado importantes estragos.
Sus buenas características llevaron a que en 1995 un grupo de especialistas del campus de Davis, de la Universidad de California, investigara su progenie y características. Este trabajo, que se extendió por varias temporadas, permitió obtener varias selecciones clonales, que derivaron en un portainjerto llamado Paradox Vlach, el cual se caracteriza por su alto vigor y mayor tolerancia a phytophthora y a la agalla de la corona que sus antecesores.
“A Chile ingresó hace alrededor de cuatro años. De hecho, hay varios huertos sobre este patrón que se encuentran en la tercera y cuarta hoja”, afirma Jean Paul Joublan. Vlach, que se encuentra liberado para los productores chilenos, se ha adaptado bien a las condiciones edafoclimáticas de nuestro país.
“En mi experiencia, a la fecha todo ha andado bien con este portainjerto. No nos hemos encontrado ninguna cosa rara”, cuenta Tomás Huneeus, gerente general de Viveros Parlier y director de CV Chile, quien ya cuenta con este material genético.
En los años siguientes, la Universidad de California desarrolló dos versiones mejoradas de Paradox: VX211 y RX1, las cuales se encuentran protegidas por lo que se debe pagar un royalty , que asciende a US$ 1,5 por planta. “Los he visto en California y parecen funcionar bastante bien. Sin embargo, su real potencial productivo, a nivel de plantas adultas, aún no se ha podido determinar”, señala Jean Paul Joublan.
Los especialistas sostienen que ambos patrones son bastante tolerantes a phytophthora , aunque RX1 se encuentra un escalón más arriba que VX211. Este último, en tanto, es altamente resistente a algunos nemátodos. De igual forma, ambos patrones exhiben una alta resistencia al replante, la salinidad y la sequía, grandes problemas que a menudo se presentan en los huertos al norte de Santiago.
Entre sus ventajas es que abren la posibilidad de establecer huertos en terrenos con problemas de humedad, que, en general, son más baratos. Lo importante, dicen los expertos, es hacer un buen balance entre las posibilidades que abre el uso de este portainjerto y los costos que implica, por ejemplo, al pagar el royalty .
Otro elemento a considerar, indican, es que el nuevo material esté en óptimas condiciones. “Lo que me inquieta es que una planta de nogal por la que se pagan alrededor de $10.000 se encuentre en condiciones no adecuadas, desde el punto de vista de su estructura. Y es que muchas veces los viveros les venden a los productores plantas con una o dos raíces, que no sirven para nada. Por lo mismo, se les mueren muy pronto”, indica Carlos Rojas.
Otro elemento a considerar es que el portainjerto haya sido probado un tiempo prudente en la zona a trabajar. “En EE.UU., por ejemplo, se han probado el Vlach, el VX211 y el RX1 en distintas zonas del país, y los resultados son diversos. Es decir, no hay un patrón que se imponga a los otros, sino más bien cada uno define su performance a partir de las condiciones especiales”, sostiene.
Para ayudar a dilucidar a los productores cuál es la mejor opción para utilizar en el país, el INIA y el Consorcio Biofrutales, a través de un proyecto financiado por Corfo, trabajan en un estudio en las regiones de O’Higgins y Coquimbo.
“Se quiere evaluar el comportamiento agronómico de los tres patrones clonales, es decir, Vlach, VX211 y RX1, además de Paradox y Juglans regia . La idea es medir su comportamiento en cada una de esas zonas de plantación y analizar su respuesta a inoculaciones de phytophthora “, explica Giovanni Lobos, investigador de INIA Intihuasi.
Fuente: El Agro