Un equipo de científicos de la Universidad de Queensland, Australia, está muy cerca de hallar la clave para que los pesticidas e insecticidas del futuro estén basados en un producto completamente natural: veneno de araña.
El bioquímico Glenn King ha pasado más de 20 años estudiando el veneno de diferentes artrópodos para convertirlo en un arma química contra insectos. Recientemente, King y su equipo ha logrado avances importantes. La primera, aislar una proteína derivada de la insulina que las arañas vagabundas han desarrollado para cazar.
Los investigadores compararon las cadenas de proteínas de este veneno con el tóxico procedente de los ciempiés. De esta comparación han logrado obtener una forma estable del veneno que, además, es soluble en agua.
La sustancia no solo es un potente veneno para algunos tipos de insectos, sino que arroja nuevas claves sobre la evolución de ciempiés y arañas, e incluso podría utilizarse para tratar dolores crónicos y algunos tipos de cáncer. Este otro producto tiene una ventaja muy importante: es completamente inofensivo para las abejas.
Fuente: Mundo Agro