Cerca de tres cuartas partes de las especies cultivadas en el mundo se ven beneficiadas en alguna medida por la acción de polinizadores; por lo que es necesario salvar a las abejas, ya que son las encargadas de transportar el polen de la parte masculina –estambre- de la flor hacia la femenina –estigma-, y que al depositarse sobre ella germina y fecunda los óvulos.
A nivel mundial se registra una pérdida y desaparición de la diversidad de polinizadores. Uno de los principales problemas asociados con la desaparición de polinizadores y, con ellos, los servicios ecosistémicos, es su relación con la producción de comida. Su desaparición tiene consecuencias sobre la producción de frutos y semillas.
Los expertos sugieren hacer un manejo integrado de plagas y reducir el uso de plaguicidas tradicionales. Eso mejoraría incluso las prácticas agrícolas actuales. Además los gobiernos deberían apoyar la diversificación en la producción agrícola y no tender a depender de unos pocos cultivos.
Fuente: Mundo Agro