En los experimentos con versiones sintéticas de sustancias naturales, el equipo de Rudolf Allemann, de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido, encontró que de entre todos los olores probados, uno atraía a los insectos. A partir de aquí, se ha iniciado una línea de investigación muy prometedora.
Explotar estrategias de este tipo, en detrimento de los pesticidas, podría ser una forma natural de evitar a estos últimos y al mismo tiempo ayudar a salvar a las plantas del ataque de insectos herbívoros.
Se sabe que muchos organismos utilizan el olor para interactuar con miembros de la misma especie y para localizar anfitriones alimenticios o para evitar el ataque de parásitos. Sin embargo, la dificultad es que las moléculas de aroma son a menudo extremadamente volátiles, químicamente inestables y caras de reproducir por vía sintética. Esto significa que, hasta ahora, el progreso en la recreación de aromas que sean similares al original ha sido extremadamente lento.
Gracias a varias técnicas bioquímicas novedosas, Allemann y sus colegas han sido capaces de producir sustancias olorosas que son estructuralmente diferentes pero funcionalmente similares a la original.
Fuente: Mundo Agro