Sorprendida de ver cómo los holandeses, que carecen de una cultura en el consumo de insectos, han manifestado interés en la entomología con una visión científica y comercial, una investigadora mexicana trabaja en un proyecto que busca aprovechar el aceite y las proteínas que contienen.
La doctora Daylan Tzompa-Sosa, posdoctorante en la Universidad de Wageningen, en Países Bajos, afirma que dicha investigación ha convertido al equipo científico en un referente mundial. “El proyecto surgió porque hace cinco años tuvo lugar un boom de empresas holandesas que cultivan insectos para consumo”.
La idea de tales compañías fue producir proteínas alternativas a las carnes rojas, pues la crianza de ganado genera una gran cantidad de contaminantes, en tanto los insectos se cultivan de una forma responsable con el medio ambiente. “El holandés no está acostumbrado a comer grillos o gusanos, por lo que distintas firmas se han dedicado a aislar la proteínas para usarlas como un ingrediente en polvo que se puede adicionar a los alimentos”.
El equipo de investigación donde trabaja Tzompa-Sosa pretende saber si la grasa de los insectos puede ser usada como un ingrediente para productos de panadería y repostería, helados y aderezos, ya que tiene un alto contenido de omega 3.
Fuente: Mundo Agro