El déficit de lluvias, que alcanza a un 70% en la zona central (desde Coquimbo al Maule), amenazan las plantaciones de hortalizas de invierno como acelgas, coliflores y brócolis, los que podrían sufrir un efecto al alza en precios.
“Los productores deben decidir ahora si plantan o no y es muy rápido, porque entre siembra y cosecha pasan tres meses. Si la falta de lluvias persiste cuatro semanas más, podríamos tener un problema de oferta de hortalizas de invierno a partir de agosto, lo que implicará un alza de precios. El productor calcula que hacer un gasto en semillas y fertilizantes para tener una baja cosecha por falta de agua no le conviene y prefiere no plantar”, advierte Juan Pablo Matte, secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Mientras, los agricultores y exportadores de frutas están pensando en la próxima temporada, porque ya cosecharon su producción. “La preocupación no sólo tiene que ver con la falta de lluvias, sino con la escasa nieve caída, que es la reserva que tiene el agricultor, porque la nieve se derrite en verano y con esa agua riega sus plantaciones la próxima temporada”, explica Matte.
Prevén lluvias primaverales
El panorama meteorológico no parece alentador. “Los pronósticos indican que no habría lluvias significativas antes de julio en la zona centro norte y se concentrarían en la primavera, lo que podría ser un desastre”, afirma Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas (Asoex).
En primavera los árboles están en flor y al caer por efecto de la lluvia “puede disminuir notoriamente la producción”, precisa el dirigente de Asoex. Matte, de la SNA, afirma haber recibido la misma mala noticia. “Los meteorólogos pronostican que las lluvias tenderían a normalizarse en invierno, pero entraría la corriente del Niño, que hace subir la temperatura del mar, con lo cual aumenta la posibilidad de lluvias primaverales”.
Explica que las especies más afectadas por un fenómeno de este tipo son las más tempranas: almendros, cerezos y algunos tipos de ciruelos. “Y si llueve a fines de agosto, las que florecen después, como las peras, manzanas y kiwis”, afirma Matte.
Sequía meteorológica
El dirigente de la SNA precisa “que lo que estamos viviendo es una sequía meteorológica en la zona central, con un déficit en torno al 70% y en la Región Metropolitana, del 80%”. No es lo mismo que una sequía agrícola, porque ahí se afecta la producción. “Es lo que pasó en Ovalle, que perdió el 60% de sus plantaciones, porque hubo cinco o seis años de sequía”, advierte Matte.
Fuente: SNA