A partir del análisis de estudios propios y de otros autores, investigadores argentinos explicaron cómo diferentes factores causantes de estrés en combinación con agentes infecciosos pueden tener un impacto negativo sinérgico sobre la salud.
La idea plantea que cuando un individuo se encuentra sano puede resistir o tolerar bien las infecciones por parásitos a las que se encuentra expuesto naturalmente. Sin embargo, cuando se ve sobrepasado por los factores estresantes y las infecciones, esta tolerancia se reduce, por lo cual las infecciones proliferan y deterioran más su organismo.
Pablo Beldomenico, del Laboratorio de Ecología de Enfermedades del Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (Icivet), indicó que en las poblaciones generalmente hay niveles naturales de estrés, que en ocasiones pueden incrementarse en gran medida, como cuando hay un pico demográfico. “Durante períodos de gran abundancia poblacional, hay una gran exposición a parásitos que provocan deterioros en la condición de los individuos, y a su vez hay carencia de alimentos y mucho estrés social. Este sería un mecanismo de control natural”.
Sin embargo, cuando esos estresores son originados por el hombre se desencadena un gran problema, ya que el mecanismo se gatilla en falso.
Fuente: Mundo Agro