La lluvia y las bajas temperaturas que se han registrado durante esta primavera en Ñuble han provocado que se comience a especular sobre el cómo afectarán estos eventos climáticos a ciertos productos que entrarán en noviembre de lleno a su temporada de cosecha, como por ejemplo las cerezas, un rubro que en Ñuble sumaba 1.300 hectáreas según el Catastro Frutícola de 2016.
Lo anterior, porque este fruto es uno de los que, en temporadas anteriores, se ha visto seriamente afectado por este tipo de fenómenos, provocando pérdidas importantes para los agricultores que han visto afectada gran parte de su cosecha.
Sin embargo, y pese a las condiciones adversas registradas durante las últimas semanas, la cosecha no se vería tan disminuída, ya que existe una “expectativa de carga muy buena”, según explicó Elena Yáñez, agrónoma especialista en el cultivo.
“De mayo a julio tuvimos una excelente acumulación de horas frío, entonces eso significó súper buenas expectativas, en términos de esperar muy buenos niveles de carga. De hecho, uno miraba los huertos y se veían con bastantes proyecciones. Esto hasta que llegó la lluvia, que obviamente afectó ya que tuvimos como tres frentes juntos que pillaron a algunas variedades en plena floración”, indicó.
La profesional agregó que a esta altura es difícil poder cuantificar el posible daño, ya que eso se podrá verificar cuando comience, los primeros días de noviembre, la cosecha.
“Cuando hay lluvia en plena floración se lava mucho polen y las abejas no vuelan, por lo tanto no hacen su trabajo de polinización, entonces hay daños mecánicos también en la flor, caída anticipada de pétalos, y eso indudablemente hace que se empiecen a limitar las proyecciones productivas que se tenían para la temporada. Encarece todo, porque cada lluvia significa una aplicación extra de fungicida y bactericida. Pero la realidad es que esta temporada venía con una muy buena carga y puede que lo ocurrido no sea malo y que signifique simplemente un relevo natural de la fruta”.
Cosecha
Según detalló Víctor Villagra, productor y gerente general de Agroex S.A., la cosecha comienza dentro de los próximos días en los valles cercanos a la Cordillera de la Costa y termina con los huertos de la precordillera.
De esta temporada se esperan, a nivel nacional, cerca de 30 millones de cajas (57% más que la temporada pasada).
“El clima hasta ahora no ha causado daños, pero si la primavera sigue con lluvias intermitentes, habrá que ser muy riguroso con el uso de fungicidas, sumado a un trabajo de raleo a conciencia para evitar pudrición en huerto y así también disminuir el porcentaje de fruta de bajo calibre”, explicó.
“Si en forma normal nuestros huertos dan 12 toneladas por hectárea, no me extrañaría obtener un 25% más de frutos, razón por la cual todos los productores deben hacer raleo para ajustar carga y así obtener una buena calidad y una correcta distribución de calibres”, agregó.
Exportación
Según detallaron los expertos, los precios de venta de la cereza en China obedecen a múltiples factores, como la calidad de la fruta, fecha de arribo, variedad, calibre y color, lo que finalmente es influenciado por la oferta y la demanda en los distintos mercados.
“Incluso el clima en destino influye en la demanda de las cerezas, ya que con mal clima disminuye el flujo de compradores en los mercados mayoristas”, recalcó Villagra.
Precio
Sobre el precio que podría alcanzar este año la cereza, Villagra fue enfático al señalar que por ahora hablar de precios es solo especulación.
“Lo que sí puedo decir es que nuestra empresa obtuvo en la temporada pasada un retorno promedio neto a productor de US$6,50 por kilogramo, pero en base a la experiencia es muy probable que este año los precios sean más bajos, debido a la sobreoferta, porque además los calibres pequeños serán, sin duda, los más castigados”.
Fuente: La Discusión