Frente al actual escenario el Instituto de Investigación Agropecuaria, busca transferir conocimientos a productores y técnicos, sobre el uso y ventajas de distintas tecnologías de protección para huertos de arándano, que permitan asegurar el mayor rendimiento tanto de fruta embalada como en fresco, además de un mayor potencial de almacenamiento (transporte).
La Directora Regional de Inia Carillanca, Ivette Seguel indicó que el proyecto Tecnologías de protección de cultivos en huertos de arándanos, para mitigar los riesgos climáticos y su impacto en el rendimiento y calidad en poscosecha de fruta destinada al mercado fresco busca dar respuesta a una demanda de los propios productores, lo que nos compromete con el rubro. “Como institución de investigación estamos apoyando con fuerza la industria de arándanos en un momento complejo y donde los eventos climáticos han generado problemas de rentabilidad del cultivo”.
La última temporada se ha visto afectada con incrementos de temperatura en noviembre y diciembre. Esto ha adelantado el peack de cosecha con problemas de sobreoferta de fruta en el mercado y menores precios de fruta fresca. Del mismo modo, han ocurrido precipitaciones de verano y granizos en algunas zonas, afectando la condición de fruta y aumentado excesivamente su porcentaje a proceso (IQF), y en consecuencia se ha exportado un producto de menor valor.
Por su parte Abel González, especialista de INIA Carillanca y Director del proyecto indicó “para la producción de arándanos en el sur de Chile, una de las brechas tecnológicas que más limitan alcanzar altos rendimientos de fruta embalable (fresco) y la expresión del potencial de almacenamiento (poscosecha) en los mercados de destino, son impuestas por el clima.
Precipitaciones y heladas en floración, temperaturas extremas, exceso de radiación solar y precipitaciones en cosecha, configuran un escenario de alto riesgo, donde la ocurrencia de uno o más eventos climáticos en la temporada, generan pérdidas que pueden llegar hasta en un 50% de la producción”.
La industria se ve presionada por embalar fruta fresca, pero en muchos casos no cumple con los estándares de calidad, debido a los daños ocurridos por eventos climáticos, lo que trae como consecuencia un menor retorno al productor, sino que un daño mayor a la imagen país, respecto a la calidad de la fruta que está llegando desde Chile a los consumidores de contra-estación del mundo.
Una de las alternativas de solución es la implementación de unidades tecnológicas, compuestas por tres de los principales tipos de cubiertas (Macro-túneles, Mallas de Luz y Mallas de Sombra) replicadas en cuatro regiones desde el Bíobio hasta Los Lagos. Otra alternativa para los productores es el diseño de estructuras galvanizadas para la protección de huertos frutales en el sur de Chile.
Fuente: mundoagro.cl