El investigador fue uno de los expositores en un seminario que se realizó en el Campus Colchagua, ocasión sobre manejos para enfrentar el cambio climático en vides para vino.
Diferente es la vendimia de este año: más corta por efecto de las altas temperaturas y con efectos del humo ocasionado por los incendios forestales, lo que hace aconsejable adoptar medidas durante la vinificación. Esta es el panorama que describe el académico de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca, Felipe Laurie, investigador en el área de alimentos y vinos.
Laurie reparó en que las altas temperaturas que acompañaron la primavera y el verano y la magnitud de los incendios forestales jamás vista, generaron condiciones especiales y distintas que afectaron a la producción de uvas.
“Cada vez hay más sequía y déficit de disponibilidad de agua, la temperatura está aumentando y con mayor frecuencia vemos eventos climáticos extremos, por lo que los productores deben buscar alternativas”, manifestó.
Este fue el tema que abordó el seminario internacional “Manejos para enfrentar el cambio climático en vides para vino”, que se realizó en el Campus Colchagua, entre cuyos expositores estuvo Felipe Laurie, magíster en Viticultura y Enología y doctor en Ciencias de los Alimentos de la Universidad California-Davis.
Esta actividad fue parte de un proyecto de la Viña Santa Carolina, financiado por Corfo y ejecutado por Fundación para el Desarrollo Frutícola, que reunió a expositores chilenos y extranjeros y convocó a gran cantidad de productores.
Laurie abordó el impacto del humo de incendios forestales en el vino y los elementos que se aconseja considerar frente a nuevos escenarios climáticos. En relación al humo, explicó que es capaz de generar sustancias que las plantas pueden absorber y se pueden traspasar al vino.
“Hay una preocupación muy grande respecto de lo que va a pasar con los vinos, ante lo cual se aconsejan algunas medidas preventivas como optar por las cosechas manuales más las mecánicas, evitar que las hojas entren en las máquinas de molienda y el contacto por mucho tiempo entre las pieles de las bayas y los jugos”, indicó.
El especialista destacó que los incendios constituyeron una situación nueva y no se sabe cuál es la cantidad de uva ni vinos afectados, pero afortunadamente hay algunas medidas que pueden contrarrestar el problema, como las señaladas, además de algunos productos enológicos que se utilizan y pueden ayudar en ese sentido.
Dada las altas temperaturas de los últimos meses, superiores a lo normal, el investigador manifestó que la vendimia este año es extremadamente corta a raíz de que la maduración de la uva se adelantó dos o tres semanas y, por lo tanto, terminará antes de lo habitual.
Laurie enfatizó que la variación del clima plantea desafíos técnicos a los vitivinicultores y a los enólogos y añadió que es indispensable adoptar estrategias agronómicas para superar las dificultades. Una alternativa consiste en buscar nuevas variedades de uva y portainjertos adecuados a las nuevas condiciones y otra solución es el cambio de zona, que considere el desplazamiento de las viñas hacia el sur.
Otros expositores fueron Andrew Walker, de la Universidad de California-Davis, quien se refirió a los manejos de riego frente a altas temperaturas, y Cecilia Peppi, de la Universidad de Chile, cuya presentación resumió los resultados de huertos pilotos con selección de variedades de uva y portainjertos, desarrollados en el proyecto.