Unas 300 cervecerías artesanales formales existen hoy en Chile, una industria que mueve cerca de US$ 15 millones solo en el mercado interno, aseguran en la Asociación de Productores de Cerveza de Chile, Acechi. Daniela Paleo
El calor de los últimos veranos ha sido uno de los motores en el alza del consumo de cerveza en el país, aseguran los expertos del sector. En plena época estival su venta se dispara en relación al resto del año, y la industria crece auspiciosamente año a año. De hecho, entre 2009 y 2014, las ventas de esta bebida en Chile crecieron un 64%, y se proyecta un aumento en la comercialización del 8,6% hacia 2019, según Euromonitor.
Asimismo, la industria se ha ido sofisticando en pos del aumento en el consumo, donde cervecerías artesanales en Chile se han abierto paso entre los grandes industriales, con productos más elaborados.
Según estimaciones de la Asociación de Productores de Cerveza de Chile (Acechi), hoy en el país existen más de 300 cervecerías artesanales formales, un sector que mueve cerca de US$ 15 millones en el mercado interno, pero que solo representa el 1% de la industria total, por lo tanto, aún queda bastante por abarcar, aseguran.
“El negocio está en un saludable desarrollo y creemos que los desafíos para continuar en esta senda son educar e informar a los consumidores, entendiendo que la cerveza es una bebida de baja graduación, apta para diversas ocasiones de consumo y que acompaña una gran variedad de comidas”, señala Ximena Bravo, gerenta general del gremio.
En términos generales, los cerveceros artesanales consolidados son preocupados por la calidad, la estabilidad del producto y la innovación, explica Bravo, algo que se ve reflejado en las preferencias de consumidores chilenos y en el éxito que han tenido en exposiciones y ferias internacionales. “Sobre mejoras, hoy existen diversas instancias de transferencia tecnológica y educativa para las buenas prácticas de control de calidad”, dice.
“El Mercurio” invitó a cuatro sommeliers y expertos en esta bebida a recomendar sus favoritas según cuatro categorías: negra, lager, ale y la que es considerada como la revelación de este año, según la opinión de cada uno.
Pascual Ibáñez, director Escuela de Sommeliers
Categoría Negra: Grosse Gerste Schwarzbier
Descripción: De color caoba intenso y abundante espuma. Aromas ahumados y a frutas y pasas. En boca, paladar seco-austero, con matices acaramelados. Buen amargor final.
Maridaje: Albóndigas de cordero.
Precio: $2.500
Categoría Lager: Rothhammer Rebel Imperial Pilsner
Descripción: Rubia de persistente espuma. Aromas a malta y delicado tono cítrico, confitura de naranja, curazao, caramelo. Sabor robusto sin perder su punto refrescante. Marcado amargor final.
Maridaje: Panqueque de verduras.
Precio: $1.790
Categoría Ale: Bio-Bier Weizen (Trigo)
Descripción: Rubia plomiza de exuberante espuma. Aromas especiados a clavo, pimienta, azahares, bergamota. En boca se desliza ligera con grato ataque picante-vivaz y dejo mineral.
Maridaje: Pejerreyes ahumados.
Precio: $1.800
Categoría Revelación: Qui (100% quínoa)
Descripción: De color bastante pálido con ribetes piel de cebolla. Aromas limpios a heno, frutos secos. Sabor ligero y de paso refrescante, apoyada por grato carbónico. Final elegante.
Maridaje: Croquetas de quínoa.
Precio: $1.100
Fuente: El Mercurio
Imagen:http: blog.puenteromano.com