Panorama sigue siendo incierto a dos meses de la cosecha y solo quienes tienen contratos están seguros.
Diversas versiones están corriendo respecto a lo que será la compra de uva vinífera ésta temporada, partiendo por el hecho que Concha y Toro, que es el mayor poder comprador del país de este producto, estaría analizando la alternativa de no adquirir uva este año en la zona. Esta versión, sin embargo, es relativizada por gente ligada al negocio de la vid en Ñuble.
El académico de la UdeC y empresario vitivinícola Alejandro Chandía, lo mismo que José Miguel Muñoz, que ha sido uno de los más importantes compradores para terceros de uvas en Ñuble, y Juan Carlos Lagos, Presidente del Comite Viñatero de Quillón coinciden en que resulta difícil que Concha y Toro no abra sus compras en la zona, porque si los precios son favorables, sin dudas estará presente como el líder que es en la producción y exportación nacional de vino.
También los tres expresaron que las acusaciones por abuso de poder en el mercado que se están haciendo contra la industria del vino, ante la Fiscalía Nacional Económica, ha enrarecido el ambiente y ha significado que los representantes de poderes compradores estén reacios a adelantar información de las condiciones del mercado y precios para evitarse problemas.
Incluso, a juicio del dirigente viñatero la presentación del recurso en lugar de generar un panorama de mayor transparencia de mercado, que era lo que se esperaba, ha creado una situación complicada y una suerte de revanchismo.
Alejandro Chandía, por su parte, afirma que hay mucho stock de vino y que se ve un panorama complicado de precios para este año, lo que es compartido por José Manuel Muñoz, quien agrega que afortunadamente para los productores esta situación se ha descomprimido algo últimamente por movimientos de la compra de vino a granel que tiene como destino Asia.
Muñoz llegó a comprar del orden de 35 millones de kilos de uva vinífera para Concha y Toro, de los más de 45 millones que estima se producen en la zona, mayoritariamente de las cepas Moscatel de Alejandría y País, y señala que está dudando si seguir en el negocio de la compra de uva para terceros, porque los últimos años el negocio ha estado complicado por los bajos precios y admite que no le resulta cómodo estar en el negocio, cuando se sabe -como ocurrió el año pasado- que hay gente que no está ni siquiera recuperando sus costos de inversión.
Pese a que para este año aún no se han manifestado los poderes compradores en lo que respecta a precios, los especialistas estiman que los valores estarán en niveles similares a los del año pasado.
Hasta aquí los únicos productores que están asegurados son los que tienen contratos con las grandes viñas, que en general se dedican a las cepas finas. Para el resto de los productores habrá que esperar hasta inicios de la vendimia, en abril, para ver que ocurrirá finalmente en el negocio de la uva.
Mesa regional del vino
Un elemento nuevo de esta vendimia es que los pequeños productores se han organizado y llevan largo tiempo realizando un trabajo público-privado, donde tiene una influencia decisiva el Indap. Esta instancia comienza a dar ya sus frutos.
Uno de los temas que podría influir en el negocio este año es la creación de cuatro centros se acopio que se están habilitando con subsidios del organismo estatal, en la zona del Itata. Uno de esos centros corresponde al Cómite de Viñateros de Quillón, cuyo dirigente Juan Carlos Lagos, confirmó que cuentan con todos los requerimientos para una compra moderna, como patio de descarga, romanas y condiciones de higiene. Además, adelantó que están programando reuniones con la industria para entregar en forma directa, sin intermediarios.
Este es uno de varios logros que han tenido los viñateros en la Mesa Regional del Vino, que preside el seremi de Agricultura Rodrigo García, donde se ha concordado un proyecto de inversión para el sector que sobrepasa los 6 mil millones en los próximos tres años.
El programa para los viñateros, busca soluciones diferentes para los segmentos que intervienen en el negocio, que son los productores de uva, los que hacen y envasan vino y un segmento de innovadores que quieren desarrollar otros negocios con la uva, como la adecuación de los viñedos de Moscatel de Alejandría, que tienen uva de buen tamaño, sabor y aroma, para uva de mesa.
Se trata de una segunda etapa de un esfuerzo que se inició en el anterior Gobierno de Bachelet, para dar una solución a crisis similar y donde también se invirtieron más de $4 mil millones. Sus resultados no se aprecian a simple vista, sin embargo, los más favorecidos fueron los productores que hacen y envasan vinos, ya que con la inversión pudieron mejorar sus bodegas y sus procesos de vinificación ampliando su capacidad de guarda de vino e incorporando maquinaria de última generación.
Este hecho ha permitido que la zona crezca en lo que respecta a vino envasado, que es un negocio que está en un escalón más alto que la producción de uva vinífera, que logra sobrellevar mejor los altos y bajos del negocios.
En el caso de esta temporada, los que estarán a aprueba serán los centros de acopio, solución enfocada a quienes comercializan uva vinífera, que es uno de los sectores mas vulnerable.
Fuente: La Discusión
Imagen: laimagendelvino.com