Conocer el estado nutricional del suelo será fundamental para realizar una efectiva fertilización. Y es que esta labor, además de involucrar un alto costo económico —por el alto valor de los fertilizantes—, jugará un papel importantísimo en los resultados de la cosecha que vendrá.
En ese contexto, los expertos dicen que lo fundamental es aplicar la cantidad justa de fertilizantes, es decir, ni más ni menos. “Lo ideal es que se aplique la cantidad necesaria para que la planta pueda cubrir sus requerimientos, pero sin sobrepasar los límites, ya que esto termina en pérdida económica y afecta fuertemente al medio ambiente”, indica la Dra. Susana Valle, especialista en edafología y fertilidad del suelo de la Universidad Austral.
Una forma de ayudar en este propósito es realizar un análisis de suelo; técnica que, a través del estudio de una serie de muestras, permite determinar las condiciones nutricionales del sustrato del huerto y planificar la fertilización, sin caer en la sobre o sub aplicación.
El momento preciso
Si bien este tipo de análisis puede realizarse durante todo el año, mientras no llueva (cuando esto ocurre se deben esperar al menos dos días para llevar a cabo la labor), existen ciertas recomendaciones que dependen del cultivo que se quiera establecer en el huerto. Para los cultivos anuales, por ejemplo, los especialistas recomiendan realizar el análisis entre uno y dos meses antes de la siembra. En el caso de las praderas, las recomendaciones apuntan a llevarlo a cabo un mes antes de la fertilización de otoño o primavera. ¿La razón? Realizar un análisis de suelo requiere mucho tiempo, debido a que se deben tomar una serie de muestras, las cuales serán enviadas al laboratorio. Incluso, en esta etapa, el análisis demorará alrededor de 15 días. Por lo mismo, los expertos recomiendan llevar a cabo esta labor con tiempo.
Fuente: El Mercurio