Macri quiere empezar su mandato con buen pie. El Gobierno argentino es consciente de que tendrá que tomar medidas duras y sufrirá protestas, pero ha decidido arrancar por las buenas noticias. El primer gran anuncio del presidente fue una enorme reducción de impuestos al campo, base de la economía argentina, en guerra con los Kirchner desde 2007. Macri elimina las retenciones a la exportación para trigo, maíz y carne, que ahora están en el 20%, y baja las de la soja –que suponen el 90% de la recaudación- del 35% al 30%.
El presidente argentino ha querido anunciar su primera gran medida de forma simbólica en Pergamino, una localidad a 220 kilómetros al norte de Buenos Aires y ya dentro del corazón de la producción agrícola de uno de los países más fértiles del planeta. Allí confirmó que se eliminará por completo las retenciones a la exportación de todas las producciones agrícolas con la excepción de la soja, la joya de la corona. Esto supone una importante pérdida de ingresos para el Estado precisamente en un momento de crisis en la que se necesita mucho dinero. Macri ha prometido además que no reducirá las ayudas sociales. Según explicó el ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, esta caída se compensará con el aumento de ingresos que según pronostican llegará por el impuesto a la renta de los agricultores y porque se prevé que estos doblen la producción al tener menos impuestos. Pero lo cierto es que de momento supone una caída importante de ingresos. “Hay que pagar con alegría más impuestos a las ganancias”, les dijo Macri a los productores mientras anunciaba esa bajada de retenciones. “Hoy apenas aterrice voy a firmar el decreto por la cual Argentina pasa a tener retención cero a las exportaciones regionales”, aseguró.
Fuente: elpais.es