Seremi se reunirá con pequeños productores la próxima semana, cuando se tenga dianóstico definitivo.
La diferencia entre prospectar y predecir está en el fundamento, y hasta aquí el daño que se ha producido en la producción de cerezas de este año, a pesar que el fruto aún no ha madurado, para la cosecha, es ya de más de un 50% en Ñuble según especialistas en el tema. La afirmación se basa en el problema que produjeron las heladas en septiembre, seguidas de lluvias de alta intensidad, que provocaron aborto de flores y frutas por daño físico o por problemas de hongos. El seremi del agro, Rodrigo García, recibiría mañana viernes un informe más detallado de la situación elaborado por INIA, además de un monitoreo que está haciendo a través de Indap y personal propio. En tanto para la próxima semana se reunirá con pequeños productores del segmento Indap, el miércoles, donde ya existe un diagnóstico actualizado del problema y reacciones de contingencia. Respecto a la magnitud del problema García manifestó que “como Ministerio de Agricultura estamos constantemente monitoreando el efecto de eventos climáticos y en este caso en particular hemos detectado daños en la producción de cerezos, principalmente a causa de las lluvias primaverales de septiembre y octubre, que han producido un incremento en los niveles de enfermedades fungosas”. Agregó que “todavía es prematuro saber exactamente los niveles de daños, pero sabemos con son variables en función de localidades y las variedades plantadas por los agricultores. En función de esto Indap ha tomado medidas para poder otorgar créditos para la compra de insumos que ayuden a controlar las enfermedades generadas por el incremento de la humedad y eventualmente otorgará facilidades de crédito y renegociaciones a los agricultores afectados en la producción de cereza”. En una explicación técnica de lo que ha ocurrido, el titular del agro regional señaló que las condiciones climáticas de heladas y lluvia en momento críticos del cultivo junto a condiciones en el ambiente como la humedad y temperatura, han favorecido el desarrollo de diversos patógenos, como monilia, botrytis y cáncer bacterial que afectan principalmente a la flor del cerezo. Zonas afectadas La agrónoma especialista en cerezos, Elena Yáñez, explicó que hay que diferenciar los daños que se producen en este fruto por lluvias y por heladas. Los primeros se pueden atenuar mediante aplicaciones de fungicidas bajando los daños a un rango entre 30 a 50%. En tanto las heladas producen un problema que es irremediable y causan pérdidas de entre un 80 a 90% de la fruta. Reconoció que este año, a diferencia del pasado, el clima les provocó grandes inconvenientes a los productores y señaló que el gremio está más decidido a la búsqueda de soluciones tecnológicas para administrar mejor los riesgos, debido al clima que se muestra inestable en los últimos años. El director regional de Indap, Andrés Castillo, informó que se están tomando medidas caso a caso con los productores afectados como reprogramación de créditos o enlace de operación temprana, es decir hacer llegar con premura fondos destinados a mitigar la situación productiva que se vive. A mediano plazo, Castillo señaló que hay que buscar soluciones tecnológicas para gestionar el riesgo climático. Algunas de las herramientas tecnológicas disponibles son los “techos” que funcionan bien con las lluvias, pero no tanto con las heladas y el uso de aspersión para “matar la helada”, aunque cuando las temperaturas son bajas en extrema -lo que no es habitual en la zona- solo mitiga las pérdidas. Temor fundado Existe una preocupación adicional en los productores que tiene relación con los pronósticos climáticos que dan cuenta de un fortalecimiento del fenómeno El Niño, lo que produce un ambiente propicio para las lluvias, que se podría mantener hasta diciembre o incluso un tiempo más. De registrarse lluvias en diciembre la situación se podría volver aún más drástica ya que las precipitaciones intensas con la cereza madura producen particines que solo pueden evitarse secando en forma mecánica los huertos o protegerlos con techo. La lluvia en diciembre sumada a las altas temperaturas, hace que prosperen los hongos y se produzca una rápida pudrición del fruto. |