El programa busca generar acciones que eviten posibles brotes de la enfermedad a nivel regional y nacional a través de la vigilancia y medidas de bioseguridad y biocontención.
Con el objetivo de generar acciones preventivas que eviten el ingreso de una enfermedad tan dañina para las aves como la influenza aviar, el Servicio Agrícolas y Ganadero (SAG) del Ministerio de Agricultura está desarrollando un plan preventivo con empresas avícolas con el fin de generar acciones conjuntas que permitan resguardar la salud de estas especies.
De esta manera es que el SAG está potenciando la vigilancia y desarrollando, en conjunto con las empresas avícolas, medidas de bioseguridad y biocontención por medio de acciones que evitan el ingreso de enfermedades a los planteles avícolas, además de impedir su propagación.
El Director Regional del SAG, Jorge Fernández explicó que “ el SAG a nivel nacional ha determinado una estrategia de prevención para el ingreso de influenza aviar dada las características que está teniendo la enfermedad en los países del norte y sobre todo en esta época que es el periodo de migración de las aves silvestres”.
“A nivel regional, en conjunto con las empresas avícolas estamos desarrollando una estrategia para tener medidas de bioseguridad adecuadas para prevenir el ingreso, en este caso de influenza aviar, y para también contener y controlar adecuadamente otras enfermedades que puedan tener un impacto productivo” agregó el Director Regional del SAG.
A su vez, Álvaro González, médico veterinario del subdepartamento de sanidad animal del SAG, explicó que “lo que estamos haciendo es actualizando la situación de los planteles con el objetivo de establecer una estrategia de mejoramiento de la bioseguridad y no solamente para prevenir influenza, sino que también para enfermedades que estén presentes a nivel país, con lo cual el productor, ya sea industrial o de traspatio, mejoran su estándar sanitario y su nivel productivo”.
La influenza aviar, también conocida como “gripe de los pollos”, es altamente contagiosa y afecta tanto a las aves domésticas como a las silvestres produciendo alta morbilidad y mortalidad, por lo cual causa importantes efectos negativos en el comercio internacional de aves y, principalmente, de sus productos. En Chile se ha registrado un evento de alto contagio durante el 2002 con un brote de H7N3.